El miércoles fue el Día de la Mujer y como os digo, salieron a relucir muchos nombre de muchas mujeres. Lo jodido de dar nombres no es lo que nombras, si no los que te dejas. Se nombró a escritoras como Emilia Pardo Bazán o Rosalía de Castro. Se nombró a políticas como Clara Campoamor, una pobre mujer que tuvo que huir de España, perseguida por la izquierda y por la derecha por defender el voto femenino. Se nombró a Carmen Conde, la primera mujer en ocupar sitio en la Real Academia de la Historia. Y a alguna más.
Yo hoy voy a seguir con lo mismo, con nombrar a otra y pidiendo disculpas por no nombrar a otras muchas. Pero es que esta mujer creo que es de las personas mas admirables que ha habido en la historia y, por desgracia, no reconocida popularmente al nivel que yo creo que se merece. Os hablo de Marie Curie
Esta mujer nació en Polonia en una familia humilde y desde el principio destacó por su inteligencia y por su capacidad de trabajo. Su padre era profesor, un buen tío en todos los sentidos pero con un olfato fatal para los negocios. Vamos, hasta tal punto que se arruinó y que no podía pagar los estudios de su hija Marie. Así que Marie y una hermana suya se tuvieron que buscar la vida. Se lo montaron de la forma que en Peralta Monumental llamamos a "tornapeón". O sea, hoy por ti y mañana por mí. Marie se dedicó a trabajar como institutriz y con lo que ganaba, pagaba los estudios de medicina a su hermana. Y cuando esta acabara sus estudios, financiaría trabajando de médico los estudios de física de Marie.
Total que Marie se puso a currar en casa de un industrial polaco enseñando y cuidado a los tres hijos de este señor. Allí entró en contacto con el mundo de la química de la mano del responsable de una de las fábricas del industrial. Ummmmm, mala cosa en un país que estaba bajo el yugo ruso y en el que las autoridades prohibían ejercer este tipo de profesión a los polacos en general y a las mujeres en particular. Encima Marie se enamoró del hijo mayor del industrial y fue correspondida. Pretendieron casarse y la pareja se encontró con un "andevasconesa" por parte de la familia. Así que la pobre Marie tuvo que hacer las maletas y largarse a París.
Prácticamente sin dinero para comer y sin nada para comprar carbón inició sus estudios, siendo capaz de en pocos meses y partiendo de un prácticamente cero en física, de ponerse a la par que sus compañeros de estudios en física. Como os digo, Marie tenía una mente privilegiada. Y esa mente hizo que la becaran para investigación. Entró a currar en un laboratorio y allí conoció al que sería su amor, Pierre Curie.
Total que al año siguiente se casaron y se fueron de viaje de novios por todo Francia..... en bici.Tras esto tuvieron su primera niña y al año siguiente Marie se doctoró en física, siendo la primera mujer del mundo que lo consiguió.
En aquellos años Roetgen había descubierto unos rayos misteriosos, tan misteriosos que los llamó "rayos X". Y otro francés, Becquerel, había descubierto alguna otra radiación que salía de las sales de uranio que parecía que nada tenía que ver con lo rayos x esos de marras. Así que nuestra pareja se pusieron a investigar que carajo era ese tipo de radiación.
No os voy a aburrir con el proceso que siguieron, que es de alucinar y todo un ejemplo de aplicación del método científico.Pero trabajando como auténtico animales (esto es literal) lograron aislar un nuevo material llamado Radio. Un nuevo elemento de la tabla periódica. Un elemento que para bien y para mal iba a cambiar sus vidas.
Total que en 1.903 a nuestra pareja junto a Becquerel les concedieron el Premio Nobel de Física.
Los Curie se negaron a patentar el sistema de aislar el radio, cosa que los hubiera hecho inmensamente ricos. Cedieron esta patente a la ciencia para investigación y renunciaron como os digo a una fortuna
Pierre enfermó. Se supone que el radio estaba haciendo su trabajo en su organismo y tenía cáncer, pero fue un accidente con un carro el que le costó la vida al bueno de Pierre. Marie quedó con sus dos niñas y siguió con el trabajo. Ya era toda una autoridad a nivel mundial
Fue en 1.911 cuando se le concedió el Premio Nobel de química por su idea para aislar el radio. Es la única persona del mundo que ha sido galardonada dos veces con el Nobel. Por cierto, que en esos años Marie se había enamorado con un joven siete años mas joven que ella que también la quería. Pero había un problema, él estaba CASADO. Eso le costó no pocos disgustos tanto a ella como a él. Una mujer mayor, con un hombre casado y más joven, encima extranjera y encima dedicándose a algo tan poco femenino como la ciencia. Dónde se ha visto esto. Destrozando matrimonios, por dios. La encorsetada sociedad de la época se cebó con la pareja y a ella le costó no pocos disgustos y a él más de un duelo de honor. Qué queréis, las cosas eran así entonces
Llegó la Gran Guerra de 1.914 y Marie se puso el uniforme. A cargo de una unidad de rayos X portátil se dedicó a ir al frente a pasar radiografías a los soldados (radiografías, de radio ¿os acordáis del elemento?). Toda una premio nobel metida en el fango de las trincheras y haciendo de enfermera. Con dos cojones, sí señor
Marie y Pierre eran dos grandes científicos y no se les escapó que su descubrimiento, el radio, algo les estaba haciendo en sus cuerpos. Marie había abortado y Pierre tenía las manos llenas de quemaduras. Algo había en el radio, algo que mataba y ellos lo sabían. Pero no cejaron en su investigación.
Marie murió de leucemia en 1934. Fue su radio, un asesino silencioso, quien la mató. No pudo llegar a ver como a su hija mayor, su querida Irene, también fue galardonada con el premio Nobel al año siguiente, en 1935.
Una gran mujer que dicen que dijo esa frase que encabeza estas líneas
"En la vida no hay cosas que temer, sólo hay cosas que comprender"
Creo que Marie encarna perfectamente el paradigma de persona luchadora y trabajadora, que se saltó a la torera todas las normas establecidas. Encima fue una visionaria y muy por encima de cualquier persona de su tiempo. Y una persona desprendida que renunció a la riqueza por su afán de beneficiar a la humanidad.
Marie Curie, siempre será ocho de marzo para tí
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