Feliz año nuevo

Hoy le dedico la música a Lemy, el de Motorhead. Todo un ejemplo de persona (de lo que no debe hacer una persona, está claro). "Ace of spades"

Pues eso, que este año ha pasado en un soplido y se nos va. Otro más sobre mis cansadas costillas, ya son treinta y muchos mas lo que anduve a gatas.

¿El que viene?

Pues me temo que va a recordarnos a la gran película esa de "El día de la marmota", que vamos a tener la sensación de

"Perooooo...... ¡Esto yo ya lo he vivido!"

Y mucho me temo que va a ser así. Habremos vivido las elecciones catalanas, habremos vivido las elecciones nacionales y todo lo volveremos a vivir por obra y gracia de los mamandurrias calientasillones que copan la decisiones que manejan nuestras vidas.

Pero así es y así será. La noche electoral, tras el recuento, yo no sabía si reir, llorar o solicitar asilo político en los Montes Altai. El merluzo de Rajoy, tan contento que el "el partido popular ha ganado las elecciones" y había perdido sesenta diputados. El quebienmesientanlascamisas de Pedro Sanchez hablando de "giro histórico de España" tras perforar por veinte diputados el suelo electoral que le dejó Rubalcaba. El gran jefe coleta morada de Pablo Iglesias exultante por haberse quedado tercero diciendo como dijo que si no era presidente de gobierno se largaba. El carapán de Rivera todo compungido por verse relegado a comparsa.  Y Alberto Garzón quejándose de que el sistema electoral le perjudica, cuando con el mismo sistema y con Julio Anguita su partido tuvo veintiún diputados. Yo alucinaba con la calidad moral de la peña que aspira a regir nuestros destinos. Aluciné y sigo alucinando

Pues mientras, a plantar cara amigüitos. Poco podemos hacer, el sistema es el que es, pero por lo menos, mantengamos el espíritu crítico y siempre siempre pongamos en duda y cuarentena todo con lo que nos bombardean a diario

Y en el devenir diario, cuidad de vosotros y sobre todo, cuidad de los vuestros y de los que os rodean. Sed buenos, portaos bien y parad en los pasos de cebra

Mil abrazos y mil besos de Jesús. O sea, del autor de estas melonadas. Os quiero majos.

Bueno, lo dejo que voy a tener que secar el teclado