miércoles, 28 de octubre de 2015

Y se abrió el infierno en el desierto

Ya que el tema va de inundaciones, la banda sonora de la película "Noé".


(foto de eldiario.es)

Hay una zona del mundo que se me ha quedado pendiente; la parte de Mauritania y las zonas de los campamentos saharauis. Estuve a punto de ir hace unos años y se montó la marimorena en forma de un democrático golpe de estado; y uno que no está tan loco como para ir a meterse en problemas pues optó por quedarse en casita.

El agua es el objeto de deseo en esa zona del mundo. Mali, Libia, Egipto, Mauritania, Sudán..... en todos estos países sus habitantes siempre están con la cabeza levantada buscando la nube que les puede traer la vida. Pero esta vez, y como no a los mas desgraciados, en vez de vida les ha llegado un infierno. Cinco días de lluvias torrenciales se han abatido sobre los campamentos de Tinduf. Ha llovido como no se ha visto llover en los últimos cuarenta años. 

Lo que hay allí es para verlo, y os podéis hacer una idea con la foto de arriba. Son construcciones de abobe, techos de chapa y puertas y ventanas son telas. Y como están el desierto, el adobe es solo barro, no hay paja que lo arme. Cinco días de agua hace que el adobe haga como el azúcar y que prácticamente se disuelva y que el resultado sea el que es: más de dos mil viviendas destruidas por completo. Lo peor es que los "alimentos no perecederos" como son el harina y el arroz, que aguantan perfectamente en el desierto, al mojarse se pudren; con lo que estamos a las puertas de un drama alimentario que se cierne sobre ciento setenta mil personas.

Todo esto está ocurriendo a una población ya subalimentada. Se estima que el 40% de las mujeres embarazadas padecen anemia; pues a eso súmale ahora que se han quedado sin comida

Pero el Sahara nunca ha estado en el escaparate mundial. Fueron necesarias las fotos de un niño sirio ahogado en las playas turcas para que el mundo reaccionara. Ahora me imagino que serán necesarias imágenes de ese tipo para que fijemos el punto de atención en estas personas. Si no la hay, se limitarán a morir como ratas. 

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