miércoles, 31 de diciembre de 2014

Capítulo ducentésimo primero "¿Será cierto lo que escuchan mis oídos?"

Música de hoy "Los Suaves", que el otro día anunciaron su retirada. "Dolores se llamaba Lola"



Volviendo de San Sebastián tras un día playero, cuando aún los túneles de Velate estaban sin hacer. Todo un placer cruzar el puerto una tarde de domingo sin mucho calor y sin prisa, y si a esto le sumas que había poco tráfico, miel sobre hojuelas.

Pues resulta que al inicio del puerto, me toca un camión delante. Yo, con la sabiduría que me daban mis veintitrés años y ciento cuarenta caballos debajo del pié, ni corto ni perezoso adelanto al camión en raya continua. Tengo que decir, para quien conozca el puerto, que hay visibilidad y que no puse en peligro a nadie, pero bueno, la infracción ahí estaba

Y cómo no, una patrulla de la Guardia Civil que se lo sabía, arriba del puerto, en un sitio desde donde se ven la mayoría de las curvas y a tooooodos los listos que nos adentrábamos en el puerto. Pues llegando arriba, el agente me da el alto y me hace parar con la sana intención de multarme. Para postre yo había salido de casa sin documentación, y el permiso de conducir me lo había dejado en el coche que utilizaba entre semana, una camionetilla que me ponía la empresa para la que trabajaba

"Documentación del vehículo y permiso de conducir"
"Que me he dejado el carnet en casa"
"Pues su DNI"
"Que también me lo he dejado en casa"
"Parece mentira. Así no se puede salir de casa"
"Que ya agente. Que ya lo sé. Pero eso, que está todo en casa"

Mi compañero de viaje le ofreció su DNI para identificarnos de alguna forma. Pero el agente insistía en que éramos un par de garrulos. Que para ir a comer y a mear a la concha para eso sí. Pero que cabeza para saber cómo hay que salir de casa, para eso no. En esas estábamos, intentando quitar hierro al asunto. Y más o menos lo estábamos consiguiendo

"Le voy a denunciar por pisar la raya, no por adelantamiento indebido. La cuantía de la multa cambia, y mucho. Y no salgan más de casa sin documentación"
"Si señor"

Iba el agente a proceder a rellenar el boletín cuando otro coche hizo la misma maniobra abajo. El agente se puso muy contento. En vez de uno, dos. Mejor.

Llega el otro infractor y lo detiene. La conversación fue breve. La transcribo

"Ha hecho usted un adelantamiento indebido"
"Ustedes lo que son, son unos hijos de puta. Y no me extraña que la ETA os mate"

Lo oímos perfectamente. Y tanto mi compañero como yo nos quedamos con la boca abierta. Era hace 25 años, cuando cada semana ETA se cargaba a alguien. 

El guardia civil se volvió un momento hacia nosotros con la cara bastante seria. Sólo dijo

"Pueden continuar"

Y allí se quedó el bocazas con los guardias civiles. Me imagino que pagó mi multa, la suya y la de unos cuantos más. Es que los hay idiotas, vamos.


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