domingo, 2 de marzo de 2014

El capítulo segundo, que se quedó sin publicar e inédito

Bueno, este es de los viejos pero cuando hice el blog se quedó sin meter. Y afortunadamente es de los de la serie "risas y sosedades". Qué mejor para el domingo, cuatro carcajadas, viajes y distensión


Capitulo segundo "¿hay alguien mas rápido que Usain Bolt?"


De vuelta de masai mara paramos en un poblado. Un niño se me acerco pidiendo cambio. Pero lo gracioso es que pretendía cambiar moneda española (¿os acordáis, la entrañable peseta, snifff, snifff, buahh, buahh?). Algún melón español le había dado al peque seis monedas de las de a cien. Seiscientas pelas. Pero en pelas



El inocente crio me imagino que llevaba tiempo intentando cambiar las chapas a moneda keniata. Y tropezo conmigo. Hice el cambio lo mas escrupulosamente que supe, sin comision por supuesto, y empece a preparar los billetes kenianos. Ahí me hubiese gustado ver a Paco el pocero, lavando esos billetes. Esos billetes africanos son un almacén de mugre, miasmas, bacterias y chinches. Con muy poco valor. Seiscientas pelas suponian un fajo de billetes de considerable grosor. Según iba contando, los ojos del crío se iban haciendo mayores. 

Cuando prepare la pasta equivalente, y mirándonos a los ojos intercambiamos esa fortuna, mano izquierda con mano derecha y mano derecha con mano izquierda, el chico salio corriendo con el fajo en las manos. Tras él, supongo que era su padre, pegando berridos. Supongo que era su madre, chillando. Un capazo de adolescentes intentando acorralarlo. Su abuelo, tíos, primos. . . Pero os juro que no he visto a nadie correr como a ese chiquillo. Pobre Bolt, tiembla, tu record caerá


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