jueves, 12 de diciembre de 2013

Auténticos héroes (3)

Hay muchos libros por ahí pululando en los que se nos marca qué es lo que tenemos que hacer para ser “líderes de grupo de trabajo”. Si lees alguno te das cuenta que la mayoría son basura. Casi todo es la “motivación”, el “espíritu de grupo”, y bla bla bla. Cuando lo que te encuentras por muchos sitios es el típico trepa que tiene pelos por entre los dedos de los pies y que lo único que le preocupa es salvar su culo como sea.

Yo creo que para poder liderar un grupo de gente principalmente hace falta una cosa. Simplemente no pedir a nadie algo que tú no estes dispuesto a hacer. Así de simple

Cuando hablamos de la historia de las expediciones polares siempre nos vienen a la cabeza dos nombres; Amundsen por ser el primeo que llegó y Scott por ser el que murió. Aquellas personas tenían que ser de una madera especial. Adentrarse en un continente enemigo del ser humano, a lo desconocido, sin saber cuánto ni dónde y sin posibilidades de rescate cuando lo único que podías ganar era fama y lo más probable es que perdieses la vida era el paradigma de la heroicidad y la locura.

Yo los comparo con la expedición de Colón por el Atlántico, con la de Magallanes o en tiempos modernos con un astronauta. Que hace falta valor para meterse en un cacharro y salir fuera de la Tierra a darse un garbeo.

Hubo un marinero que fue en expediciones tanto con Scott como con Amundsen. Y cuando le preguntaron por cual había sido su mejor jefe, el hombre honradamente contestó:

“Como jefe de una expedición científica, elegiría a Scott; para un raid polar rápido y eficaz, a Amundsen; pero en medio de la adversidad, cuando no ves salida, ponte de rodillas y reza para que te envíen a Shackleton”

Este tercero es el gran desconocido por que ni llegó ni murió. Pero podía enorgullecerse de una cosa. Jamás perdió a un hombre en sus expediciones.

Amundsen ya había llegado al polo sur, así que Shackleton se planteó el más difícil todavía. Atravesar el continente de punta a punta. Puso un anuncio en el periódico y se le apuntaron 5.000 voluntarios. Eligió a 26 e inició el viaje. Era 1914 y estalló la primera gran locura mundial, pero su viaje no se clausuró

Todo empezó mal y su buque, el Endurance (Resistencia), se vio atrapado en la banquisa helada  del mar de Wedell. Sin poder tirar ni para adelante ni para atrás el buque resistió nueve meses atrapado entre los hielos hasta que se empezó a resquebrajar el casco. Los tripulantes abandonaron el barco y arrastrando las lanchas llegaron al mar libre. Lanzaron las lanchas y a puro de remos y cojones alcanzaron un islote que se llama Isla Elefante, perdido en la inmensidad del océano polar. Entonces Shackleton eligió a seis marineros y en una barca se liaron a tirar de remo a lo largo de la mareante cifra de 1.500 km buscando las islas Georgia del Sur, donde había una estación ballenera. Y llegaron, pero al otro extremo de la isla. Shackleton y tres hombres más cruzaron esa isla haciendo unas escaladas que rayan en la locura. Incluso es la primera vez que está documentada que se hizo escalada en un glaciar. Tras cruzar la isla se presentó en el campamento ballenero, abrió la puerta de un hangar y simplemente dijo a los allí presentes

“Soy Shackleton”

Semanas después sus hombres desfallecían desesperados en la Isla Elefante cuando vieron aparecer la silueta de un barco. Era un remolcador chileno y en la proa, comandando el navío, estaba Shackleton. Desde ese puesto contó a los supervivientes y vio que todos sus compañeros seguían vivos.

Shackleton no consiguió ninguna hazaña. Bueno, quizás sí una. Que después de dos años viviendo en el infierno consiguió volver a casa con toda su tripulación

Ahora pensad amigüitos. ¿De tener que salir a lo desconocido, con quién iríais? ¿Con un Shackleton, con un Scott, o con un Amundsen?  Yo tengo clara mi elección.

Shackleton jamás pidió a sus hombres algo que él no estuviese dispuesto a hacer. Era un líder de verdad. Y un héroe. Pero como ni murió ni fue el primero, nadie hizo películas sobre él. Otra cosa. Este hombre siempre se pone como ejemplo en los libros que os he citado. Pero ninguno de los negocios que emprendió funcionó. De hecho murió prácticamente arruinado en un viaje de conmemoración de su hazaña. Y está enterrado en las islas Georgia del Sur

“Reza por qué te envíen a Shackleton”

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