Palabras de un emigrante

 El otro día me reencontré en una obra con un viejo conocido. Un pakistaní que lleva quince años viviendo en España. Llegó como llegó y se ha forjado un futuro. Se dedica a extender hormigón y hacer suelos de este material. Llega el camión, viertes el hormigón al suelo, coges la azada y pala, lo vas extendiendo, lo alisas….. y luego cuando ha endurecido te montas en el helicóptero y a dejarlo liso y bonito. Es un trabajo bastante duro, pero está relativamente bien pagado. Si curras, ganas dinero. El pakistaní estaba muy disgustado

“Jesús, oye lo que me pasó el otro día en una obra en Logroño. Desde el otro lado de la valla de obra un hombre gritándome “Hijoputa, vete a tu país, el trabajo de España para los españoles””

“Jesús, llevo en España quince años. Mis hijos se llaman Andrés y Ana. Soy musulmán. Hago mis rezos. Bebo alguna cerveza, no me gusta el alcohol fuerte. He cotizado lo que me han pedido. He hecho el trabajo que vosotros no teníais cojones de hacer. No he tenido ningún problema con las justicia. Mis hijos no practican mi religión, y me da igual. Y ahora que no hay trabajo para todos, soy yo el que se tiene que ir.”

“Jesús, no es justo, yo he colaborado en este país como cualquiera que haya nacido aquí. Y no me pienso ir. No voy a volver nunca a Pakistán. Allí sólo hay miseria. Soy de aquí, me lo he ganado”

Buff, la verdad es que no me dejó buen cuerpo oírlo y me jodió el día.

Hay que echarlos. Pues a este va a costar.

Quedan diez días para el Roc en el Río