Capitulo
tetragesimo cuarto “al monte, parte dos”
Seguimos por los pirineos. Tras pasar la noche con la family que os he contado, hubo otra noche a la intemperie. Y llevábamos una anterior. El moreno que teñía nuestra piel no era sólo por el sol.
Fue un día un poco nublado, y al final de la jornada, llegando al valle de nuria nos llovió. Hay dos teorías sobre lo que hay que hacer en verano cuando llueve; la mía, que es poner el forro a la mochila, coger el goretex y ponértelo para evitar mojarte y la mi compañero conan, que es poner el forro a la mochila, quitarte la camiseta para que no se moje, mojarte y cuando para de llover secarte. La verdad es que valen ambas en verano, cada cual con sus cadacualadas.
En eso estábamos, llegando a nuria. Es un sitio alucinante. La mejor descripción que se puede hacer es que es donde veranea Jordi Puyol, o sea, todo dicho. Hay una hospedería equivalente a un cinco estrellas que es donde teníamos previsto pernoctar tras las tres noches al raso. El acceso al valle es o través de un trenecito (con plazas muuuuy limitadas) o por una pateada de tres horas. Con lo cual, la tranquilidad y la exclusividad están aseguradas.
Conan me llevaba un poco de ventaja. Ya se veía la hospedería. Y un vallado ganadero, como de un metro de alto. Me fijo un poco más y veo que conan va a echar la mano al vallado y saltarlo (había una puerta a unos veinte metros). Empecé a gritarle
“Nooooo, noooooo, no lo saltes que estáááá…..”
Era tarde. Apoyo la mano e inició el brinco
“Arggghhhh, argrrhhhh”
“…….electrificado. Es una valla ganadera. Es un pastor eléctrico”
“Mecagüentodoloquesemeneaaaaa, podías avisar.”
“Ostia, que no das tiempo a nada. Haber pasado por la puerta. Por no dar un rodeo. Anda, levantate del charco. Juasjuasjuas”
“No te rías que cobras”
“No me río. Disculpa. Juasjuasjuas”
Alcanzamos la recepción del 5 estrellas. Entramos. Yo con mi chubasquero y conan con el pecho al aire y lleno de barro. Me dirijo a la recepcionista, una chica recuerdo bastante guapa y liada a lo suyo con el ordenador
“Buenas tardes ¿tienen habitación libre?”
Alza lo ojos. Me mira. Gira la cabeza. Mira a conan. Empieza a abrir unos ojos como tapas de perola de rancho. Se le abre la boca. Me siento trasparente. Me siento que no estoy. Me siento ignorado como jamás me he sentido en mi vida. Me siento un pantasmo.
“Si,si,si….hay habitaciones…..no te preocupes…..como no va ha haber”
Todo esto sin acordarse de mí. Pasé a un segundo o tercer plano.
Bueno, supongo que fue justicia poética por reirme.
Seguimos por los pirineos. Tras pasar la noche con la family que os he contado, hubo otra noche a la intemperie. Y llevábamos una anterior. El moreno que teñía nuestra piel no era sólo por el sol.
Fue un día un poco nublado, y al final de la jornada, llegando al valle de nuria nos llovió. Hay dos teorías sobre lo que hay que hacer en verano cuando llueve; la mía, que es poner el forro a la mochila, coger el goretex y ponértelo para evitar mojarte y la mi compañero conan, que es poner el forro a la mochila, quitarte la camiseta para que no se moje, mojarte y cuando para de llover secarte. La verdad es que valen ambas en verano, cada cual con sus cadacualadas.
En eso estábamos, llegando a nuria. Es un sitio alucinante. La mejor descripción que se puede hacer es que es donde veranea Jordi Puyol, o sea, todo dicho. Hay una hospedería equivalente a un cinco estrellas que es donde teníamos previsto pernoctar tras las tres noches al raso. El acceso al valle es o través de un trenecito (con plazas muuuuy limitadas) o por una pateada de tres horas. Con lo cual, la tranquilidad y la exclusividad están aseguradas.
Conan me llevaba un poco de ventaja. Ya se veía la hospedería. Y un vallado ganadero, como de un metro de alto. Me fijo un poco más y veo que conan va a echar la mano al vallado y saltarlo (había una puerta a unos veinte metros). Empecé a gritarle
“Nooooo, noooooo, no lo saltes que estáááá…..”
Era tarde. Apoyo la mano e inició el brinco
“Arggghhhh, argrrhhhh”
“…….electrificado. Es una valla ganadera. Es un pastor eléctrico”
“Mecagüentodoloquesemeneaaaaa, podías avisar.”
“Ostia, que no das tiempo a nada. Haber pasado por la puerta. Por no dar un rodeo. Anda, levantate del charco. Juasjuasjuas”
“No te rías que cobras”
“No me río. Disculpa. Juasjuasjuas”
Alcanzamos la recepción del 5 estrellas. Entramos. Yo con mi chubasquero y conan con el pecho al aire y lleno de barro. Me dirijo a la recepcionista, una chica recuerdo bastante guapa y liada a lo suyo con el ordenador
“Buenas tardes ¿tienen habitación libre?”
Alza lo ojos. Me mira. Gira la cabeza. Mira a conan. Empieza a abrir unos ojos como tapas de perola de rancho. Se le abre la boca. Me siento trasparente. Me siento que no estoy. Me siento ignorado como jamás me he sentido en mi vida. Me siento un pantasmo.
“Si,si,si….hay habitaciones…..no te preocupes…..como no va ha haber”
Todo esto sin acordarse de mí. Pasé a un segundo o tercer plano.
Bueno, supongo que fue justicia poética por reirme.
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