martes, 24 de marzo de 2020

Un bonito piropo (y fino)

Música de hoy, "L´Italiano", de Toto Cutugno. Que en Italia están jodidos jodidos





Hace ya unos cuantos años os conté eso de poner los problemas en fila india. Tú tienes tus problemas diarios y evidentemente como buen descendiente de aquellos homínidos del Kalahari quieres resolverlos. La experiencia que me dan mis treinta y años ya vividos me permite daros un consejo: no los ataques todos a la vez, ponlos en fila y los vas eliminando del primero al segundo, que pasa a ser el primero

Lo que pasa es que nunca acabarás con tus problemas amigüito mío. Siempre al resuelto seguirá el siguiente y eso es un sin vivir. La sabiduría que todos suponéis que me adorna me permite daros este segundo consejo:

No os agobiéis. Los problemas siempre llegan y siempre el primer problema nos parece la ostia. 

Lo que pasa es que lo para nosotros es algo tremendo otro homínido nos dirá que eso es una bobada. Los problemas son relativos para cada uno

Y de vez en cuando algo no previsto viene a sacudir esa ordenada fila de problemas que tenías y se pone el primero y es lo que a nuestro grasiento primer  mundo le ha ocurrido. Ha llegado un nuevo virus que ha puesto a la humanidad en jaque. Con lo humanidad me refiero al primer mundo, supongo que los Yanomamis de las selval brasileñas siguen con su rutina diaria. Quizás están un poco extrañado de que ningún blanco va a tocarles las narices estos días. Eso es lo único

Y este coronavirus ha sustituido a los graves problemas, que lo eran, que teníamos

Nadie habla del cambio climático. Nadie se acuerda de los plásticos en el mar. Nadie de las especies que desaparecen. Nadie habla de la contaminación.

Y nadie habla de algo que iba a pasar a ser delito en ese anteproyecto de Ley de la Sra. Montero que nadie ha visto. Me refiero al anteproyecto, no a Irene, por supuesto. Ese algo eran los piropos, los piropos groseros me refiero. 

Pues sí, un piropo grosero aparte de ser una zafiedad iba a ser castigado con multa

Os voy a contar algo que viví en primera fila.

Años 90, principios de los noventa. Todavía yo no tenía treinta y tantos años. Una obra. Un andamio. Unos albañiles. Los albañiles ya sabéis todos que nos caracterizamos por ser algo parecido a un cruce entre un gentleman inglés y un caballero del siglo XVI español.

Mas o menos

Pues eso. El andamio lleno de albañiles en medio de Pamplona. En un "barrio bueno".

Y por la acera de enfrente del andamio, una jovencita. Desde esos treinta metros se adivinaba de buen ver. Una chica bonita y garbosa

En esto el mas albañil del andamio se quita la faria de la comisura de la boca y con toda la fuerza de sus pulmones de lanza algo tan sutil como 

"¡¡¡¡TIA BUENAAAAA. TE IBA A COMER LO QUE MAS GUSTO TE DAAAAA!!!!"

Y sin pasar medio segundo la chica se da la vuelta. Se queda mirando el andamio con gesto desafiante. Y con toda la fuerza de sus pulmones le contesta algo tan a tiempo como

"¡¡¡¡PUES COMELE LA POLLA A MI NOVIOOOOO!!!!"

Mira, la carcajada que se oyó desde el andamio, seguido de "¡OLEEEE!" dirigido a ella y de "¡CASCATELAAAA!" a el fue apoteósica

Aún hizo el de la faria gesto de ir a contestar, a lo que un compañero añadió

"Haz el favor de callar, anda. Que ya te vale"

La verdad es que la mujer estuvo en su sitio y con algo tan sencillo como esa frase puso en su lugar al morador del andamio. Que dicho sea de paso no se caracterizaba precisamente por su higiene personal y decoro

El problema de los piropos, del cambio climático y cualquier otro problema que tuviéramos hace dos meses ha pasado a un tercer término. A ver si entre todos recuperamos la normalidad para volver a tener como máxima preocupación los problemas de hace medio años

Mientras, quedémonos en casa quietos






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