lunes, 10 de junio de 2019

Capítulo ducentésimo octagésimo: "Me monto yo y tu te quedas en tierra"

Música de hoy, vamos con macarradas. La Frontera  y su "Judas el miserable". Un pobre tipo en el fondo




El otro día os conté que algo que hay que hacer para conocer bien un país es entrar por sus froteras terrestres. Y también os conté que lo normal en estos paises olvidados de la ONU, de manitú y de todo lo que se tercie es que los aueropuertos los tengan lo mejor posible dentro de sus posibles. Y así llegué a la conclusión de que los aeropuertos normalmente te ofrecen la "cara mas amable" del regimen. Eso sí, depende de los duro y estricto que sea ese "régimen" pues sus pobres ciudadanos están mas o menos depauperados

Recuerdo con especial cariño un viaje que hice hace muchos muchos a Rumanía. Fue el colmo de la "desplanificación". El viaje se organizó mas o menos a raíz del que habíamos hecho el anterior año por la Repúblicas Checas, Eslovacas y Hungría. Hungría nos pareció un lugar divertido, los húngaros son la leche. Así que un sábado por la tarde tomando un café se nos ocurrió algo así como (yo inicio la conversación)

"Joder, lo de Hungría estuvo bien"
"Si"
"Podíamos repetir por esa zona. La parte de la llanura no la conocimos bien  y prometía"
"Si"
"La zona del Lago Balatón fue muy curiosa"
"Si"
"Pues ya que vamos por el Balatón, cruzamos a Rumanía y vemos eso"
"Bien. Vale. El sábado que viene nos vamos"
"Bueno. Pero con tu coche, que el mío es con gasolina sin plomo y por aquellos andurriales mal"
"Vale. Paso a buscarte el sábado que viene a las cuatro de la mañana. Reservo hotel en Venecia y luego sobre la marcha"
"Venga pues. Quedamos en eso. Ya preparo yo cuatro bocadillos para el viaje"

Y así se inició otro gran viaje, con algo tan preparado como un hotel en Venecia para la primera noche y cuatro bocatas para el primer tramo. Y entre dos nos metimos entre pecho y espalda el tramo Peralta Monumental-Venecia de tirada. Salíamos a las cuatro de la mañana y a las ocho de la tarde llegábamos a Venecia.

Lo que realmente queda de un viaje son las carcajadas, y de eso hubo muchas en ese caos que era Rumanía. Sobre todo, sus carreteras, que aquello parecían patatales. Dado el caracter risueño, agradable y de pronto hacer amigos que me caracteriza, pronto empaticé con algún rumano y le pregunté el porqué de aquello. Por qué Rumanía tenía una red de carreteras tan deficiente y sin embargo en cada ciudad del tamaño de un Calahorra, un Tafalla o un Tudela disponían de aeródromo. Y con la separación que os digo. Es que tenían o aeropuerto o aeródromo cada cuarenta kilómetros

El rumano me miró y muy serio me dijo (el idioma rumano se entiende, y yo he trabajado con muchos rumanos, que ponen mucho pladur y muy bien)

"Es que Ceaucescu tenía avión"

Así de claro. El sátrapa tenía avión. Así que me hago aeropuertos para mí. El resto del país que se joda y que vaya utilizando el glorioso medio de locomoción que es la alpargata.

Pues si Rumanía estaba así, lo de Madagascar es para echar o a correr o a llorar. Ya os conté lo de la "maldita nasional sinco", pero que que las vías de comunicación malgaches son lugares donde puedes salir con tres empastes menos de los que entraste, dado los botes que pegas. Eso sí, los mandatarios malgaches no han dispuesto de tanto parné como Ceaucescu, así que muchos aeropuertos no tienen, pero haberlos los hay

El día que saltamos de Tana al norte fue de traca. Teníamos que coger el avión hacia las nueve de la mañana o así. Salimos a cenar la noche anterior y al poco de sobremesa nuestra guía nos sugirió levantarnos de la mesa y volver al hotel

"Pero si no hay prisa"
"Sí que la hay. Mañana madrugamos"
"Madrugar madrugamos todos los días"
"Pero mañana mas. Mañana salimos a las tres de la mañana"

La cara de espanto que se nos quedó a los siete fue de traca.

"¡¡¡¡A LAS TRES!!!!¡¡¡¡¿¿¿PARAQUÉ???!!!"
"Pues por que hay que estar pronto"
"Pero si el vuelo sale a las nueve. Con estar a las siete es suficiente. Y con salir a las seis también"
"Ya, ya. Eso en Madrid. Aquí hay que ir pronto"

Pues Yoli nos narró que los aviones están "a disposición" de los politicastros de turno. O sea que si a un político malgache le apetece ir a broncearse a las playas de Nosy Be mañana, directamente y sin pasar por la casilla de salida se encamina al aeropuerto, se sube al avión y a otra cosa butterfly. Y que si el avión ya iba lleno, pues uno se queda en tierra. Y normalmente es el último que ha llegado. Y que ni vale protestar ni pedir el libro de reclamaciones. Te montan en el siguiente vuelo y punto. 

Pues esta es una pequeña anécdota del vivir día a día, como decía Rambo, en Madagascar. Ya veis que eso de los derechos civiles pues queda como para...... unos pocos.

Como también decía Shakira, la cantante de la cintura dislocada

"PORQUESTOESAFRICA"

Pues así es ese lugar del mundo. Un lugar tan diferente como disparatado y divertido. Divertido para ir de turista, eso sí.

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