viernes, 3 de mayo de 2019

El otro día fue el castor, hoy toca la nutria

Música de hoy, Sabaton y su "Bismark". Que cacho barco fue. Y por cierto, digan lo que digan los británicos ellos no hundieron el barco. Cuando fue encontrado el pecio se vio que los daños que tenía no eran lo suficientemente importantes como para mandarlo a pique. Simplemente el buque quedó dañado e ingobernable y su tripulación lo hundió




El otro día os hablé del castor despistado en el paseo viejo. Y luego Marcos nos dijo que el animalito fue rescatado por la Policía Municipal y entregado al Servicio de Guarderío de Navarra. O sea, que el final de la historia fue feliz

Pues hoy os traigo otra noticia con final no feliz. Dos nutrias fueron atropelladas por la zona de Arlas hace pocos días. Y evidentemente acabó luctuosamente, como no puede ser de otra forma en un atropello. Las pobres fenecieron, así que ruego un responso por su eterno descanso

Ahora bien, hay que ver las cosas con perspectiva y un poco de lejos. Los que ya hemos cumplido treinta y cuarenta podemos echar la vista atrás y comparar como estaba nuestro Arga hace treinta y como está ahora. Ahora es un bullir de vida y de biodiversidad. Bien es cierto que un gran número de especies alóctonas (forma científica de decir "de fuera") pueblan nuestros montes y riberas, pero también es cierto que otras especies que ni nuestros abuelos vieron vuelven a estar.

El jabalí ya es harto conocido por el monte. Las nutrias y castores vuelven a poblar los ríos. El corzo, que hace muchos muchos años que desapareció, está otra vez y ya no es raro verlo. Amén de todo tipo de rapaces tanto diurnas como nocturnas

A otras especies no les va tan bien. Por ejemplo, la perdiz. Ya es complicado ver bandadas de perdices como hace escaso diez años veíamos

El hecho de que una nutria haya sido atropellada es triste. Pero lo cierto es que lo ha sido por que está, por que ya vuelve a ser la reina del Arga. Y si está la nutria y está el martín pescador es señal de la buena calidad de nuestras aguas. Incluso el montón de cangrejos americanos que había hace años ha menguado considerablemente, estableciéndose un equilibrio.

La naturaleza que nos rodea, la próxima a nosotros, está mucho mejor que lo que estaba hace ochenta, setenta, sesenta..... y treinta años. Con sus pegas, como no puede ser de otra manera dado que nada es perfecto. Pero está mejor.

Otro día os contaré de otro visitante que tenemos ya con nosotros. Una sorpresa

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