viernes, 25 de enero de 2019

De cuando fui minero

Música de hoy, una tristona de Uriah Heep "Come away Melinda"




Si tuviera que buscar un símil en un animal para describir mi profesión lo tengo fácil. El pato. Sí,sí, una anátida. Un triste pato.

¿Que por qué? Pues sencillo. Un pato hace de todo, pero no es bueno en nada. Así de simple. Un pato nada, pero no es buen nadador. Un pato anda, y es mas torpe que para que. Y un pato vuela y yo creo que es el ave con el volar mas feo de todas. 

Pues un aparejador es lo mismo. Entendemos y hacemos de todo, o mejor dicho nos suena todo, pero no somos los mejores en nada. Y en muchos casos somos bastante torpes. O sea que con eso queda todo dicho. Si buscas un todoterreno, puedes plantearte un aparejador. Pero si buscas algo bueno y específico no te molestes y no me llames. Busca un ingeniero (eléctrico-mecánico-electrónico), un geólogo, un arquitecto o un decorador. Es lo que tiene esta profesión mía

Este año "cumplo" ya treinta años en el oficio, que se dice pronto. Empecé con veintidós. Y ya sabéis, veintidós mas treinta pues son..... treinta y pico años, que son los que tengo. Y a lo largo de mi vida profesional me he metido en muchos tinglados de obras diferentes y como os digo en el título, en una de ellas me tocó ser...... minero.

Fue una obra de lo mas curiosa. Un tunel en una montaña para hacer una cava de envejecimiento de vinos. Esa obra formaba parte de otra mayor en la cual predominaba la "edificación", pero como había que hacer el agujero pues me lancé a ello.

Realmente el mérito no es mío y en dicha obra no dije ni opiné ni anjo. Vino una empresa especializada en trabajos subterráneos y ellos se encargaron de todo. Eso sí, disfruté como un enano viéndolos trabajar.

Aparecieron por allá con una retroexcavadora grande, una pequeña, una pala cargadora, un grupo electrógeno de 200 kv, dos compresores, un equipo de ventilación, un equipo de iluminación, una autohormigonera, una máquina de proyectar hormigón, un montón de hierros y perfilería para hacer el sostenimiento de la galería, un taquímetro, un nivel, una bomba de achique de agua de alta potencia, un equipo de comunicación, caseta de oficina, caseta de vestuarios y dos contenedores marítimos llenos de mangueras, cables, herramientas y demás chucherías. Ahhhh, y un equipo de soldadura y otro de corte por acetileno. Todo eso trajeron

Al cargo de todas esas máquinas y cacharros...... dos tipos. Dos mineros

Impresionante amigüitos la pericia y calidad profesional de esos dos tipos. Los dos manejaban todos y los dos sabían de todo. Ahhhh, y ambos eran especialistas en voladuras, pero en esa obra (para mi tristeza) no tocaba. Como os digo, dos tipos profesionales como la copa de un pino. Y encima entendían de geología y hablaban de los minerales y rocas por su nombre científico

Daba gusto verlos hacer su trabajo. Se les veía con una seguridad y con un aplomo que desde el primer momento inspiraban una confianza tremenda en ellos. Además sus horarios eran de risa. Lo mismo empezaban a trabajar a las diez de la noche que a las tres de la tarde

"¿Qué mas da, si total estamos en el agujero y ahí ni es de día ni de noche?"

Decían con socarronería. Y sobre todo nunca dejaban el tajo diario a medias. Si tenían que trabajar doce horas, lo mismo que catorce.

"No se puede dejar la galería sin sujetar. Cueste lo que cueste, el trabajo terminado"

Y luego era para verlos currar. Allá metidos, en ese puto agujero, donde no había mas que polvo y oscuridad. Verlos avanzar y verlos como iban rectificando las paredes de la galería. Y el día que calamos al punto que buscábamos lo hicieron con una precisión de reloj suizo

Como os digo, dos tipos con los que trabajé muy a gusto y sobre todo, muy confiado. Con una experiencia tremenda en su vida. Y siempre con el frontal en la cabeza, con una tenaza y un martillo al cinto y con cinco metros de alambre enrollados al cinturón. No me preguntéis para que era el alambre, pero la llevaban.

Dos tipos que inspiraban seguridad. En esa obra aprendí a respetar y a admirar el oficio de los mineros, unos tipos con una profesionalidad impresionante. 

Pues en manos de personas como esos dos está el rescate del pequeño Julen. Esté vivo o no el niño, tened seguro que lo van a sacar de allá. Me los imagino metidos a ochenta metros de profundidad, en un silencio absoluto solo roto por el ruido del martillo neumático. Dos picando al frente y dos retirando el escombro. Sin palabras entre ellos. Todos confiando en todos.

Y sudando como perros para centímetro a centímetro ir aproximándose al pequeño. Ni me imagino que tiene que ser la sensación de llegar hasta donde esté y abrazar ese cuerpecillo. Cogerlo en tus brazos, avanzar por esa galería que has excavado con tus compañeros y subir por ese tubo. Buffff, no quiero ni pensarlo

Sí que pido una cosa. No os podéis imaginar lo complejo y dificultoso de una obra de esas. Es jodido cuando no hay prisas pues no me puedo ni imaginar lo que tienen que estar pasando los rescatistas. Así que un poco de mesura con las conversaciones de bar de "yohabríahecho" y "loquehayquehaceres". Que en lo que están metidos es en un follón de rescate en el que continuamente están improvisando dado que no hay protocolo de actuación para esto 

Eso sí. En esta situación ha salido lo mejor de cada uno. Unos de Murcia han hecho los tubos de entibado en ocho horas, cuando lo normal son dos días. Otra empresa de Alhaurín ha dejado todo lo que tenía entre manos para hacer la jaula para descenso de los mineros. Las cámaras de inspección las ha mandando otra empresa de Málaga. Los mineros vinieron desde Asturias en un Hércules militar. La tuneladora la han traído de unas obras en las que estaba en la M-40. Y una asociación de mujeres están preparando las raciones de comida para todos los que están currando allá. Amén de que todo el que tiene camión o retroexcavadora la ha puesto al servicio del desmonte. 

Mis respetos y mi admiración por los rescatistas. Que menudas horas estarán llevando.


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