lunes, 5 de noviembre de 2018

Capítulo ducentésimo cuadragésimo septimo: "Por questo es África"

Música de hoy, vamos con Uriah Heep, el personaje de Dickens y uno de las mejores bandas de hard rock que ha habido. Y uno de las mejores voces. Para mí, la mas bonita y clara


Mirad que cuadrilla. La crías tiene su punto de coquetas,  la 
cara de sinvergüenza del segundo por la izquierda y la 
pinta de chuleta del último



No todo fue rechifla y chirigota en el viaje. Cierto es que no me cansaré de repetir lo maravilloso que fue, pero hubo momentos tristes

El cuarto día, el de aproximación a Ankavandra a coger las piraguas, por la mañana hicimos un trek ligero. Fueron unas tres horas de marcha, fundamentalmente descenso y luego llanura. El paisaje es del que a mí me gusta, como hombre de palillo al morro ribereño que soy. Un lugar con unos horizontes inacabables.

La primera hora, de descenso. Luego vadear un río y un ratito de descanso. Y luego continuar por esa llanura quemada por el sol hasta el pueblo. Previo al pueblo, pasamos por unos naranjales cuidados primorosamente. 

Y hay una cosa que sorprende. Lo limpio que está todo. Es que no ves un papel o un plástico por ningún lado hasta que te aproximas al pueblo. Hombre, tampoco me voy a pasar. Alguna bolsa de plástico enganchada en algún matorral se ve. Pero en general todo está mucho mas limpio que cualquier cuneta española.

Pues eso, que tras el descenso, el vadeo y el naranjal, llegamos a Ankavandra.

Otra de las cosas que sorprende a un europeo en África es el montón de críos que se ven. Es que están por doquier. En cuanto llegas a un pueblo la chiquillería sale a saludarte. Y curiosamente en Madagascar no te piden nada. Simplemente eres el vazaha raro que haces cosas raras. Y como bicho raro que eres, eres objeto de curiosidad

La verdad es que Ankavandra es un puto desastre. No es para menos, un pobre pueblo que está a dos días de todoterreno por unas carreteras infernales y que su otra única vía de escape es remar por el río hacia abajo o tirar de pértiga para remontarlo. Una tierra roja y un paisaje arenoso y polvoriento es lo que lo caracteriza.

Pero no deja de ser el "pueblo de referencia" de la zona, y como tal tiene un "centro de salud". Esto es el "centro de salud"


Pues ese es el edificio y esa fila son personas de las localidades "próximas" que han ido con sus dolencias. Lo de "próximo" va con comillas debido a que próximo son ocho o diez horas de tirar de chancleta hasta que llegas. Si veis el edificio, imaginad como es el instrumental y los medios. Pues de eso tiran

Y también tenían maternidad. Esto es


Ved que plan. El día que llegamos acababa de nacer un niño...... que al poco había muerto. Su madre, de momento, estaba viva. Es que imaginad el nivel de asepsia, de medios y de cualquier otra cosa que pueden tener en ese barracón. Aparte del calor infernal que tiene que hacer bajo ese techo de chapa. Pues con ese panorama nos encontramos. La gente estaba no voy a decir triste. No había lágrimas ni lamentos ni cosas de esas. Era una atmósfera de tristeza resignada, de encogimiento de hombros y de "es lo que hay, otro niño muerto". 

Cada vez que en África me encuentro con alguna situación de esta me viene a la cabeza la canción de la cantante de cintura dislocada esa de 

"Chun chun para chun chun, porquesto es África"

Pues sí. Eso es África. África es así, un lugar donde solo los fuertes tienen cabida. Pero los que viven allá lo asumen, aprietan los dientes y siguen con su vida. No queda otro remedio.

Comimos en Ankavandra y para la tarde el pueblo había recuperado su ambiente normal, de risa y sonrisa que es lo que te encuentras en África habitualmente. Si vais, fijaos en los críos. Nunca lloran


Críos y críos por doquier


Y mis compañeros en el riachuelo. Pobrecillos, tuvieron que padecerme. Supongo
que aun están en tratamiento psicológico

Pues sí amigüitos sí, en África se está como dios de vacaciones. Pero de vez en cuando la realidad viene a darte un tortazo

2 comentarios:

  1. Qué exagerado eres!! Tus compañeros de viaje seguro que disfrutaron de tu compañía. Me encanta la foto de esos enanos, los describes perfectamente. Un abrazo

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