Pues bueno, como ya han acabado las épocas de moco y moquita, los putos pólenes quiero decir, es hora de volver por nuestros montes
El sábado pasado tenía en mente madrugar y antes de salir el sol encaminar mis botas hacia un paseo de unas seis horas. Pero fíjate tú que a las cuatro de la mañana me levanto a hacer pis y me encuento con que estaba cayendo la mundial en forma de agua
"Uhmmmm, como que dentro de una hora esto va a estar embarrado a tope"
Me dije a mí mismo. Así que me volví a bobó, me di media vuelta y me quedé en la camica hasta las ocho. A esa hora me desperecé, fui a lavabo, me quité lo mayor y me subí al monte. Ya veis que soy extenso en cuanto a detalles de mis costumbres mañaneras. Lo de la caca os lo ahorro, pero fue bastante bien.
Creo que hay dos formas de subir al monte. Con la cabeza gacha, resoplando y sudando como un jabalí o a paso pausado y disfrutando de los detalles. Opté por esta segunda opción. El paseo que normalmente dura dos horas me planteé hacerlo en tres.
Llegué a la parte alta, a la zona de "pico maera". Allá hay un rincón en el que las coscojas han enraizado y está que da gloria verlas. Estas fotos son de allá
Mirad el claro. Da gusto
Esta coscoja ya está dando fruto y hay rastros de que el
año pasado también lo dio
Hay amigüitos que me preguntan a veces
"¿Que puedo hacer por el monte? Cuando organices algo avísame"
Se agradece mucho la actitud. De verdad. Pero hay otras formas de trabajar, mas sencillas y encima sin tener que aguantarme a mí, que soy un pelmazo. Este noviembre cuando subáis al monte llevad una bolsa. Buscad alguna coscoja, que como os digo allá arriba por la zona de Maera ya empieza a haberlas.
Y coged cuarenta o cincuenta bellotas. Esto os va a costar tres minutos. Luego encaminad vuestras botas hacia algún claro, mejor si está orientado hacia el norte
¿Que como sabéis el norte? Pues si es por la mañana poned el claro entre vosotros y Falces y si tenéis el sol a vuestra derecha, es norte. Mas o menos. Si además es ladera abajo, mejor. Esto es para que en verano el sol no lo castigue
Cuando tengáis vuestras bellotas y vuestro claro, sacad una navaja (que previamente habéis cogido de casa), hacer un hoyo de unos tres centímetros de profundo (poca cosa) y depositad un par de bellotas. Lo tapáis y ya está. Andáis cinco metros y repetís la operación. En total, treinta hoyos. Os va a llevar la operación unos veinte minutos. Si habéis llevado una azada, en cinco hecho el hecho.
El sentido de esto es algo muy importante y positivo. Simplemente, dispersar la semilla. Si vamos creando bosquetes poco a poco el monte se irá repoblando. Buscad como os digo sitios que veáis "frecos", en ladera suave y que intuyáis que cuando llueve recoge agua.
La coscoja es un matorral muy importante en nuestro ecosistema. Da fruto y con ello pueden vivir roedores. Estos roedores atraen rapaces. Además los pájaros pequeños y los conejos pueden vivir y refugiarse en ellas. Es la base de la naturaleza en nuestra zona, como os digo, es un matorral muy "amable"
Si cinco amigüitos hacemos esto un par de veces al año, podemos crear diez nuevas zonas por año. La tarea es muy lenta, a veces la coscoja tarda hasta tres años en salir. Y luego su crecimiento es lento. Pero ¿A quien le importa? Esos pequeños bosquetes son el futuro para que nuestros montes tomen oxígeno
Fijaos lo que os he dicho. Dos sesiones de veinticinco minutos cada una al año. Es suficiente. Y haremos algo muy importante y con cero esfuerzo. Algo que se puede hacer cuando vas paseando
Dispersar la semilla es muy importante
Y aquí tres nuevos pinos al amor de la coscoja. Los pinos estos
ya son "hijos" de los viejos. Lo de arriba a la izquierda
es mi dedo. Gran fotógrafo estoy hecho, pardiez
Para acabad, ved que chulada me encontré en un rincón. Había tres plantitas y algún amigüito había hecho ese corazón con piedras enmarcando las plantas. Alguien que sube al monte a pasear sin prisa.
Bien salado que queda ese pequeño detalle
Venga, buen día amigüitos.
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