lunes, 21 de mayo de 2018

Capítulo ducentésimo trigésimo noveno: "Artesanía...... por cojones"

Música de hoy, ya que estamos de carpinteros y modistas, The Carpenters "Sing a song"





Hace unas entradas os dije una frase que es muy aplicable a África

"En África no hay nada roto, simplemente está esperando a que alguien pase y lo arregle"

Evidentemente esa frase la puedes aplicar a cualquier lugar del mundo en el que lo mas básico hay que ir a buscarlo; lo que pasa es que África es así de Bizerta en Túnez hasta Ciudad del Cabo en Sudáfrica. La necesidad es la palabra que defina a África y precisamente es la necesidad lo que ha hecho que el ser humano progrese desde que nos bajamos de los árboles

Madagascar es el colmo del aislamiento. Hay por ahí otras islas en mitad de los océanos que por aisladas, lo están mas que Madagascar. Pero normalmente o son colonias o son lugares de alto valor estratégico y eso hace que el mundo no los "olvide". Pero si hay que buscar un símil agradable a la hora del desayuno acerca de lo que Madagascar importa al resto del mundo es que Madagascar viene a ser como..... la almorrana en el culo del mundo. O sea, que ni siquiera es el culo del mundo. Es la almorrana.

Así que sus habitante se tienen que espabilar y hacer de esta isla un planeta. Se buscan la vida para elaborar "todo" ellos. Y dado que la maquinaria brilla por su ausencia, todo todo es manual. Arriba os pongo la foto en un taller de bordados. Lo que yo he sacado de mis viajes por el mundo es que hay mucho producto que "especialmente se hace para el turista". Pero es que dado que a esta isla vamos cuatro, lo que se hace en estos talleres es para "consumo propio de la zona". Era para ver a estas mujeres que hacían uno bordados primorosos, mejores que los que hacía el canalla de Fernando VII. De verdad, cosas bonitas y con gusto, hasta de aires modernos y con líneas actuales. 

Y de esa habilidad han hecho su forma de vida. En el mismo local tejen, tiñen, fijan y bordan. Y eso les permite vivir con dignidad. Hasta los tintes se los hacían ellos mismos

Y por supuesto, venden su producto. He aquí el Zara de Madagascar


Este era el punto de venta. 

Otro de los locales que visitamos de artesanía me dejó flipado. Es que cuando uno ve a otra persona que hace cosas que a servidor se le hacen imposibles aprecias doblemente el trabajo. Yo para el tema de trabajos manuales era la cosa mas zafia que os podíais echar a la cara. Yo era capaz de hacer un icosaedro con veintiocho caras y media. O enfrentarme a trabajos de marquetería en los que nada encajaba o todo quedaba cojo

Pues  en este otro taller un hombre de edad indefinida y de poco mas de treinta kilos de peso se había construido una industria que se te caía la baba. El se preparaba las tablas. Se hacía las hojas de sierra. Se había hecho una máquina de serrar con un motor de lavadora. Y para lo mas fino, la marquetería de encajar unas piezas en otras, se había hecho un banco de trabajo con el que se me quedaron los ojos como platos.

Mirad a este señor. Parece tener noventa años


Me pareció alucinante la delicadeza con la que trataba la madera. Y lo que de este taller salía eran unos trabajos con una calidad y un gusto pasmoso. Todo lo que veis en la foto lo había hecho él mismo.


Es que el tipo trabajaba piezas de pocos centímetros cuadrados con la precisión de una máquina de control numérico. Un puto artista

Como os digo, en África no hay nada roto. Está esperando a que alguien lo arregle. Id a África



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