miércoles, 8 de noviembre de 2017

Una verdad es una mentira mil veces repetida

Música de hoy, "La guerra sagrada de Aleksandrov". Toma sovieticada





Pues ayer se celebraron, algunos, los cien años de algo que se llamó "la revolución bolchevique". Y como os digo arriba, una verdad es una mentira mil veces repetida. Os lo voy a contar brevemente, si os apetece verificar lo que os digo, dadle duro a a google y con un poco de cuidado verificando fuentes y descubriréis la verdad. Nada como ganar para llenar los libros de historia a tu antojo e intoxicar mentes.

Tenemos en la retina esas imágenes de las películas de Sergei Eisenstein en las que se ven a las masas de obreros asaltando el Palacio de Invierno de San Petesburgo para derrocar a la tiranía zarista. El otro día oí a todo un concejal del Ayuntamiento de Madrid alabando esta "revolución" y hablando de la "liberación de los siervos". Por poco tengo que parar en la cuneta a potar ante tamaña insensatez. 

Por partes

Los siervos en 1.917 no existían ya. Había gente, mucha, que las pasaban putas y muy mal. Pero siervos de la gleva, de esos que estaban anclados a la tierra y eran "propiedad" del boyardo de turno, de esos ya no habían. En 1.861 las campanas de toda Rusia repicaron por que el zar Alejandro II había emitido un decreto, un "ukase", en el que se decretaba la liberación de todos los siervos. Así mismo el estado daba prestamos "a coste cero" a esos siervos para que la tierra que cultivaban las adquirieran a los propietarios de las mismas, con lo que de la noche a la mañana pasaron de ser siervos a ser hombres libres y propietarios. Como os digo el estado compró esas tierras y se las entregó a los antiguos siervos. Estos se las irían pagando al estado a lo largo de los años. Por cierto, que el estado no cobró. O sea que eso de que los bolcheviques "liberaron a los siervos" es una mentira

La auténtica revolución se inició en 1.905, con una serie de revueltas estudiantiles que poco a poco cuajaron en la descontenta sociedad rusa y se consiguió poner coto a la autocracia zarista. Se inició el camino de una monarquía parlamentaria. Pero no iba a ser suficiente

En febrero de 1.917 se produjo al auténtica revolución rusa, protagonizada por campesinos que estaban muertos de hambre, obreros que querían mejoras salariales y soldados que estaban hasta los cojones de una guerra que los estaba desangrando. Esta revolución se canalizó fundamentalmente a través del Partido Social Revolucionario, que estaba presidido por Kérenski, y del Partido Democrático Constitucional presidido por Miliukov. Los gritos que galvanizaron a todos fueron "todo el poder para los soviets", y "pan, libertad y paz". Al principio se pidió que el zar abdicara en su hermano Miguel, pero este no aceptó el cargo y el zar dimitió o fue cesado, eso no está claro. El caso es que el zar ya no era zar desde febrero. Rusia estaba camino de una democracia parlamentaria. No había ni zar, ni monarca ni nada parecido. Y en esa revolución, en la de febrero, los bolcheviques ni estaban si se les esperaba.

Lo que los bolcheviques hicieron en octubre (según su calendario, noviembre en el nuestro) fue un golpe de estado con todas las de la ley contra un gobierno democrático. A todo esto Lenin estaba en Finlandia viendo el devenir de los acontecimientos y hasta que el tema no estuvo claro no apareció por San Petesburgo. 

La toma del Palacio de Invierno fue tal por que los diputados quisieron evitar un derramamiento de sangre, pero entre un puñado de cadetes de academia y un batallón ciclista de mujeres plantaron cara  y bien a los "revolucionarios". Solo cuando los diputados les indicaron que cesaran los tiros, pudieron tomar los golpistas el palacio. Lo primero que hicieron fue beberse la bodega zarista que allá estaba. En tres días no hubo forma de encontrar a un bolchevique sobrio en todo San Petesburgo.

Tras el golpe de estado, que eso es lo que fue contra un gobierno reconocido internacionalmente y que iba camino del parlamentarismo, los bolchevique fueron minando todos los estamentos primero y purgándolos después

Por cierto, la familia zarista estaba exiliada desde marzo de 1.917 en Siberia. Ni molestaba ni causaba problemas. En julio de 1.918 fue asesinado el depuesto zar Nicolás junto a su mujer y a sus hijos. Y a su médico, cocinero y sus camareras. El día de antes se habían cargado a su hermano Miguel. 

En resumen, la cacareada revolución fue un golpe de estado contra un gobierno democrático, parlamentario y que ya no era monárquico. Desde 1.918 hasta 1.921 se vivió una vergonzosa rendición frente a Alemania y gracias a que los franceses y yanquis ganaron la I Guerra Mundial, Rusia no perdió gran parte de su territorio que formaba parte de el acuerdo de Brest-Litovsk. Ese acuerdo fue una puta vergüenza y una traición a todos los rusos. Todo por que el partido bolchevique estuvo financiado desde el principio por Alemania. Fueron unos quintacolumnistas. Además de la rendición, se llevó a cabo un exterminio a fondo de todos los agricultores y mujiks rusos dado que un agricultor es lo que más le molesta a un comunista. Se sumió al país en una crisis económica brutal, el PIB cayó por los suelos y la inflación subió por los cielos

Lo que sí que hicieron bien fueron las purgas, los asesinatos y el agarrarse al poder. Eso sí se les daba bien.

Lenin era un cobarde, un traidor, un déspota y un tipo que no tenía ningún límite para llevar a cabo sus planes. Una rata.

Hay un tocho que todo esto lo cuenta, "La revolución rusa", de Richard Pipes. Si tenéis estómago, lo acometéis. Posiblemente la mejor obra en cuanto a documentación que se ha hecho acerca de esos años. Y refleja y revela lo que ocurrió.

De revolución nada de nada. Un golpe de estado, eso es lo que dieron. Y aún hay por ahí gente que lo aplaude. Por si fuera poco, luego llegó el amigo Stalin que mejoró lo de Lenin

Pobre pueblo ruso. Mil años de zares y cien de partido comunista.


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