lunes, 6 de noviembre de 2017

Capítulo ducentésimo décimo primero "El retorno de los muertos"

Música de hoy, vamos con un poco de heavy metal malgache. A nuestro chófer le gustaba mucho el heavy




Para que os hagáis una idea de lo que es Madagascar os voy a dar unos datos sencillos. La esperanza media de vida es de sesenta años para "ellos" y sesenta y cuatro para "ellas". La media de hijos es de siete. El jornal diario para un currela en el campo es de un euro. Y un litro de gasolina cuesta euro y pico.

Dicho esto, os hacéis una idea de lo que es este país. En cuanto a tamaño físico del mismo, es aproximadamente como España, un poquito mayor. España en 2.015 tenía 166.000 km de carreteras. Madagascar tiene 50.000 de los cuales asfaltados están...... 5.000. Con esto todo dicho

Ganando un euro al día os podéis imaginar que el sueldo da para pocas alegrías. Así que el medio de transporte habitual para el malgache es la chancleta. El pudiente tiene bici. El rico moto y el creso coche.

Cuando hay que viajar lo hacen en taxis colectivos. Son furgonetas-autobús que se llaman taxi-brousses. Su horario es fijo. Fijo que no salen hasta que no están llenos. O sea que tu vas a la estación de taxi-brousses por que quieres ir desde tu ciudad a la capital. Preguntas por el taxi y vas hasta el. Y si el número de plazas es de veinte, pues hasta que no aparecen veinte viajeros no sale. Y todo esto lo acepta el malgache sin sofocarse, ni enfadarse ni cagarse en las muelas de nadie.

Tras estar la carga humana completa, se procede a depositar las mercancías y maletas en la parte superior del vehículo y se inicia el viaje

Fijaos en la foto que encabeza estas líneas. Está hecha desde mi formal asiento en el bus que llevábamos y podéis observar que es uno de esos taxis que os he descrito. Fijaos que lleva una bandera encima, concretamente en sobre una caja de madera. Esto es señal e indicativo de que transporta un cadáver. Sí, sí, lo que oís. En esa caja va un señor que entonó el adios a la vida no hace mucho tiempo. Lo que no sabemos a ciencia cierta es cuando tan triste suceso ocurrió, si esa mañana o ya lleva varios días de techo en techo de sucesivos taxis.

Qué queréis que os diga, las cosas son así

En Madagascar las religiones "nuestras" están impregnadas de costumbres de "ellos" de todas la vida. Allá el sentido de un dios, de rezos, de santos y demás rituales que cualquier religión "nuestra" tiene, no los hay. Si que evidentemente se cree en la otra vida. Y de la comunicación entre este mundo temporal y el otro se encargan los muertos

Cuando una persona fallece, es enterrado en una tumba. Allá se le deja tres, cuatro, cinco.... los años que sea. Hasta que el viejo del pueblo dice que es el momento. En ese momento, el cadáver se saca de su plácido descanso y se inicia una fiesta que suele durar tres días y que se llama "el retorno de los muertos". Se come, se bebe, se canta, se bebe, se come, se bebe, se bebe, se vuelve a beber, se baila, se bebe..... y se bebe. Y al tercer día se hace una especie de "procesión". Se le cambia el sudario al muerto (que ya lleva varios años macerando) y se le da una vuelta alrededor de su tumba. Se vuelve a depositar en ella y en ese momento el muerto pasa a ser "ancestro". Ya  puede ser un puente entre los dos mundos.

Bueno, costumbres curiosas. Posiblemente un malgache piense los mismo de quien haga una procesión o se arrodille al canto de un muecín desde un minarete. 

Cuando anduvimos por Madagascar había una epidemia de peste, de la que os hablaré otro día. La peste se asocia a la Edad Media, a lugares con poca higiene, con mala alimentación y con condiciones de vida extremas. También han surgido voces alertando de que ese ritual de "el retorno de los muertos" puede favorecer el brote.

Os dejo el enlace


Ya seguiré con cosas de Madagascar y de los malgaches. Que son la leche

No hay comentarios:

Publicar un comentario