viernes, 28 de abril de 2017

Quenohacenada!!! Quenohacenada!!!

Música de hoy, vamos con algo recio "Iron man", de Black Sabbath, en la voz de Dio





Son ya cienes y cienes las entradas que llevo en este rincón hablando de mi coprofobia perruna, o sea, metiéndome con los indocumentados que permiten que su perro defeque en la acera y dejen el producto de ese esfuerzo perruno en mitad de la misma.

Os he mostrado fotografías con cacas que hacen sospechar que más que un perro lo que ha cagado debe ser el bicho ese de la serie Alien. Todos tipos de texturas y formas, amén de aromas que se intuyen han adornado la cabecera de la entrada diaria de este blog

Pero hay otra costumbre entre los que pasean perros en Peralta Monumental. Y yo no me escapo, que fui uno de ellos. Hace años tuve un mastín leonés, un pedazo perro que aunque no era muy alto a la cruz era largo como un demonio. Para que os hagáis ideas, le ponía una galleta a uno noventa de altura en una ventana y el animalito, que era una monadica, se ponía a dos patas y la cogía con la boca. O sea, que me ponía las patas en los hombros y se alzaba y me sacaba la cabeza el bichito.

Pues bien. Cuando lo sacaba de paseo por el monte lo soltaba e íbamos cada uno a lo nuestro. Hasta que aparecía un paseante en lotananza y yo, inutilmente, llamaba al chucho y el pasaba de mí como de la mierda. Y a lo mejor, o a lo peor, si le daba la ventolera iba a saludar al otro paseante que normalmente miraba con ojos de pánico a ese bicho de sesenta kilos que se le aproximaba a la par que el idiota del dueño, o sea yo, desde lejos decía

"Quenohacenada!!! Quenohacenada!!!"

Pues no. No vale con eso. 

Tenemos que entender los que tenemos perro o lo tuvimos que con eso no vale. Que hay personas que sienten auténtico pánico por los perros, como las hay que lo sienten por los ratones o las cucarachas. Y que cada cual es muy libre en su miedo y los miedos de cada uno son muy respetables

Y que por encima de eso hay un reglamento en el que se explica que tipo de chuchos deben ir atados y con bozal y quienes no. Vale que si llevas un perrito de veinte centímetros lo lleves suelto, eso lo contempla la ley. Pero si llevas según que razas bien clarito está que ese animal debe ir atado y en según que casos con bozal. Eso es así

En el parque que hay bajo la atalaya hay veces que dudas si eso que trota es un jamelgo o un perro de la altura del bicho en cuestión. Y me costa que hay ciudadanos de Peralta Monumental que han sido multados por hacer esto, pero es lo que toca y así debería ser con todos. No se puede ir por ahí con una bestia carnicera, por muy bien educado que el dueño piense que tiene a su perro, suelto. 

Como os digo, los miedos de cada uno son respetables. Si yo me subo a un andamio con una persona que siente pánico a las alturas y me pongo a dar brincos como mínimo soy un imbécil cuando lo que soy es un cabrón. Pues llevar a esos pedazo de perros sin correa y campando a sus anchas en cuanto sales del casco urbano, también lo eres. Si te cruzas con cualquier paseante-corredor-mirador de aves que tranquilamente va por el campo y ese animalito de cincuenta quilos se aproxima a "saludar", no vale decir

"Quenohacenada!!! Quenohacenada!!!"

Hay que llevarlo atado. Que ya nos vale en Peralta Monumental, que somos aparte para todo




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