lunes, 16 de enero de 2017

¿Y esto?¿Como dices que lo hicieron? (01)

Música de hoy, vamos con algo suavico. Un fado en la voz de Amalia Rodrigues





El otro día os conté la peculiaridad esa que tenemos en Peralta Monumental con la iglesia de San Juan Evangelista, que no está orientada como dios manda sino al revés. Y os conté lo que, a mi juicio, es la explicación del hecho

Y salió a colación que la iglesia se caía, ya que la mitad estaba asentada sobre roca y la otra mitad sobre un terreno que lo podemos llamar "blandiblup". Os dije que la gente decía que "han inyectado la iglesia". 

Pues sí, pero no. Hoy os voy a contar como se sujetó la iglesia. Que tiene tela, y más cuando se hizo, que era una técnica que estaba en mantillas en España. Y como no, fue en Peralta Monumental en uno de los lugares que primero se empleó en este país.

¿En qué se basa?

Pues os voy a hacer un símil que el sector masculino vais a entender a la primera y el femenino también 

Una de las cosas con la que más disfrutamos los masculinos es entrar a un váter que no sea el propio y comprobar que está en un estado higiénico un poco abandonado. Y si vamos a proceder a miccionar y nos encontramos con restos fosilizados de otro ser que ha pasado antes que nosotros y ha depuesto nos deleitamos apuntando a dichos restos y tras insistir con el pis, proceder a desincrustarlos del inodoro. Es uno de los pequeños y sencillos placeres cotidianos con el que los hombres nos regalamos de vez en cuando

Pues bien, algo tan sencillo como eso, como retirar algo a fuerza de pis a presión, es la base de la técnica que se utilizó para arreglar los cimientos de la iglesia.

Imaginad que, como en el caso de la iglesia de nuestro pueblo, tenemos el suelo "fuerte" diez metros por debajo de la plaza. Hasta hace pocas decenas de años era complicado cimentar, simplemente por que los agujeros se hacían a fuerza de brazo y como os podéis imaginar entonces las cimentaciones quedaban "muy arriba" o como decimos los pedantes, superficiales. 

En el caso nuestro, había que bajar con una cimentación "nueva" hasta allá abajo. Y encima con el edificio ya construido, con el montón de toneladas que eso tiene. Aquí es donde entra la inventiva humana,

Se hace así

Imaginad una broca. En este caso se usa una broca de unos quince centímetros de diámetro. Ahora cojo el taladro y "meto la broca" en el terreno. Esta broca tiene, por ejemplo, dos metros de largo. Pues cuando he metido dos metros, retiro el taladro y "enrosco" una "prolongación" a la broca de otros dos metros. Arrimo el taladro y le doy caña, con lo que vuelvo a meter otros dos metros. Así, en secciones de dos en dos puedo llegar hasta hacerle cosquillas al demonio.

Bueno, ya he llegado con la broca hasta la profundidad que quiero. Ahhh, que se me olvida, la broca la meto "pegada" al muro de la iglesia. Ya tengo mi broca allá donde quiero de profundidad. Ahora entra en juego eso que os he contado del pis

Resulta que la broca está hueca y tiene un pequeño agujero en un lateral. Por ese agua inyecto agua a presión, a una barbaridad de presión que puede llegar a los docientos kilos por centímetro cuadrado  y empiezo a girar la broca despacio. El chorro de agua que sale lateralmente va "rompiendo" el terreno. Y le doy a la broca para arriba al mismo tiempo. Entonces como os digo voy haciendo una especie de cilindro de abajo para arriba. 

El agua, que sale a toda leche, va arrastrando el terreno mas blando, lo que son arenas, y sin embargo las piedras que pesan mas se quedan ahí abajo. Imaginad que estamos haciendo una cueva de abajo hacia arriba.

Y al mismo tiempo, y esto es ya la leche, empiezo a meter también a través de la broca cemento líquido, pero sin presión. Entonces se "mezla" el cemento líquido con las piedras que se quedan y se forma una especie de hormigón. 

Estamos construyendo una columna desde abajo hacia arriba. Y aquí es donde entra la mano del artista que lleva la máquina. En función de la presión a la que se mete el agua, de lo rápido que de vueltas la broca con su chorro lateral y de lo rápido que saque yo la broca, la columna esa tiene más o menos diámetro. Y esto no se aprende en ninguna escuela amigüitos, esto lo da la experiencia. Se pueden hacer columnas de muchos diámetros. En Peralta Monumental las hicimos casi todas de unos ochenta centímetros de diámetro

Bueno, ya he hecho una columna. Pues ahora cojo el taladro y me voy ocho o diez metros más adelante. Y hago otra. Y luego a otro sitio y hago otra. Y al día siguiente vuelvo atrás y hago otra cerca de la primera. Y otra, y otra...... y así poco a poco lo que consigo es "cambiar" el terreno que tengo debajo de la iglesia, un terreno que era un "blandiblup" por otro que es hormigón. 

Todo esto de abajo arriba y sin excavar nada. Solo utilizando un taladro y la técnica del pis

Pero todo no es tan fácil. Hubo un momento cuando hicimos esa obra que fue, dejémoslo, angustioso. Fue el día que tuvimos que atacar las columnas centrales. Mientras trabajas en los muros de afuera es seguro. Es algo "gordo" y "largo". Y por que le quites ochenta centímetros un día no pasa nada. Pero en las columnas centrales de la iglesia, que aguantan un montón de toneladas y que son relativamente finas la cosa es mas peliaguda. Y el artista de la máquina lo sabía. El equipo que manejaba el taladro de marras era de tres personas, mas uno que estaba fuera a cargo del cemento. Y yo, que solía pulular mucho por allá

Pues un día empezamos con una de las dos columnas centrales. Y resultó que el artista que manejaba el taladro notó que el terreno ahí era especialmente malo. Vio que la broca "cortaba" mucho terreno y que encima había muchas simas. Con lo que la avería que preparamos debajo de esa columna era mayor de lo que queríamos, pero eso es algo que es incontrolable. Y se empezaron a oír unos ruidos secos en las bóvedas. Aquello se estaba moviendo 

El jefe de la cuadrilla era un gallego, un tipo muy profesional y serio. Y lacónicamente dijo

"Fuera todo. Con un muerto, vale"
"Pero qué dices Jose"
"No me gusta un pelo como va esto hoy. Y hay que cerrar el taladro cuanto antes. Salid todos, que me quedo yo solo por si acaso"

Y con un par de...... allá se quedó, en plan Bruce Willis. Acabó la columna con lo que el mal quedó conjurado. Hubo que hacer tres más debajo del mismo pilar, pero ya habiendo una fuerte, pues no había riesgo

Ahora ya sabéis como se hizo la reparación de la cimentación, que no fue "inyectar". Y conocéis lo que allá aconteció y de como un gallego profesional y con mucho valor sujetó la iglesia de Peralta Monumental






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