martes, 21 de junio de 2016

Un buen hombre..... al que le dieron por todos los lados

Música de hoy, de U.F.O. "Profession of violence"




Hoy os voy a contar la historia de un buen tío. Una persona adelantada a su tiempo, culta y cargada de buenas intenciones. Un hombre de los que hubieran pasado a la historia si no hubiese sido por que nació en un país que siempre se ha encargado de pisotear y manchar el nombre de las personas que iban a su aire y que nunca fueron lameculos de nadie

Esta es la historia de Isidoro de Antillón y Marzo, de un aragonés de los pies a la cabeza. Nació en el Aragón profundo, en el altiplano de Teruel, en el pueblecito de Santa Eulalia del Campo. 

Fue un tío precoz en lo que al saber se refiere. Para los dieciséis años publicó su primera obra científica que se refería a la orografía de Teruel. Y para los 25 estaba totalmente inmerso en la creación del primer atlas español.

Pero no es por su amor por la geografía por lo que yo estimo que este hombre debería ser más reconocido si no por el ardor con el que defendió algo que por aquel entonces no tenía ni nombre: los derechos humanos. Era un heredero directo de las ideas de la ilustración francesa y se inspiraba en las ideas que llevaron a Estados Unidos a la independencia.

Lo curioso es que siendo como era un hombre de ideas liberales se puso en contra de la invasión napoleónica. Participó y a base de bien en los dos sitios de Zaragoza y estuvo en el sitio de Cádiz como diputado. 

Pero eran unos tiempos jodidos para se español y liberal. O creer en la libertad. Ya en 1.802 asomó la patita con un discurso en el que solicitaba la abolición de la esclavitud, cosa que hizo poca gracia a muchos y molestó a algunos de los que tenían pingües beneficios con la trata de seres humanos. Ya esto lo puso en el punto de mira de los sectores mas reaccionarios españoles. Y en 1.811 publicó sus ideas, cosa que ya le granjeó la enemistad manifiesta del sector esclavista

El culmen fue en 1.813, cuando en las Cortes de Cádiz pronunció un discurso posicionándose a favor de la enseñanza pública y en contra de la esclavitud. Y de soslayo coló una ley en la que se prohibían los castigos corporales en la enseñanza en particular y en la vida pública en general. Y esto fue ya el colmo. Unos sicarios le propinaron tal paliza, dicen que por orden de Fernando VII, que lo dejaron medio muerto. El médico que lo atendió recomendaba que Isidoro guardara descanso, pero de nuevo por obra y gracia de Fernando, lo trasladaron a su pueblo natal

Isidoro murió a los pocos días de llegar a su casa y fue enterrado en su pueblo

Diez años después, una partida realista proclive al viejo y absolutista orden, saqueó su tumba y quemaron sus restos en la plaza del pueblo, tirando sus cenizas al campo. Tal era el odio que este hombre, amante de la libertad y de los derechos humanos, producía entre sus adversarios diez años después.

Isidoro fue, indirectamente, el responsable de que la Santa Inquisición dejara de actuar de facto, aunque su última víctima fue un maestro de escuela, Cayetano Ripoll, en 1826. Tras este hecho y el escándalo que se desató en Europa, la regenta Maria Cristina firmó la orden de disolución en 1.834. El hecho de prohibir los castigos físicos supuso como os digo que de facto la Inquisición dejara de actuar, aunque luego coleara lo que os he contado

Isidoro tiene un busto en su pueblo, pero bien podía tener uno en cada escuela de España. El fue un gran impulsor de la educación tal y como hoy se entiende.

Y fue víctima durante toda su vida de la incomprensión y el odio. Y tras su muerte, de la barbarie

Os presento a Isidoro






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