viernes, 5 de febrero de 2016

Los perdedores de los perdedores

Música de hoy, Loquillo "La Guerra Civil"





No sé si conocéis dos pueblecitos aragoneses de la provincia de Teruel de curioso nombre. Uno es Mora de Rubielos y otro Rubielos de Mora. Su belleza es injustamente desconocida por estar cerca de la monumental Albarracín y quedan un poco eclipsados. Pero si vais por esa llanura en altura que es Teruel, ver estos dos pueblos merece la pena, son muy chulos

Hubo una batalla especialmente cruenta y dura en el episodio de nuestra Guerra Civil, la toma de Teruel. A la dureza de la lucha urbana hubo que sumar el frío que se dio esos días de diciembre. La ciudad era defendida por tres mil soldados que pertenecían el bando sublevado y en la toma participaron mas de cuarenta mil hombres por parte republicana. Aun a pesar de la diferencia en personal, la lucha se prolongó durante casi un mes, siendo la última semana a punta de bayoneta y casa por casa. La encarnizada batalla se prolongó hasta el ocho de enero, día en que las tropas nacionales se rindieron. 

Como os digo, aquel diciembre fue especialmente crudo y las tropas estaban mal alimentadas y pero pertrechadas. Estar un mes al raso y como calzado unas alapargatas no es lo más sano para no pillarse un buen catarro.

Total que finalizada la batalla a las tropas se les concedió un permiso y se las destinó a Mora de Rubielos, que está a casi sesenta kilómetros de Teruel. La forma de desplazarse fue a pie bajo el frío invierno. Pero bueno, debieron pensar las tropas, un permiso merece semejante caminata. Total que tras dos días de marcha se plantaron en el pueblo.

Pero dos días después de llegar a Mora, recibieron la orden de reincorporarse al frente. Las cosas se volvían a poner crudas y los hombres eran necesarios. Pero 600 voluntarios valencianos se negaron a volver al frente alegando que estaban de permiso y que lo que estaban haciendo con ellos era inhumano hasta en una guerra. Una sublevación con todas las de la ley, algo muy....... problemático en tiempos de guerra

El coronel al mando, Andrés Nieto, decide diezmar las tropas. Esto es, elegir a suertes uno de cada diez de los levantiscos y sin previo juicio, fusilarlos como escarmiento para el resto. Catorce consiguieron huir y fueron los que contaron lo que ocurrió. El resto como os digo fueron fusilados sin ningún tipo de juicio ni derecho a defenderse. 

Acabaron en una fosa común sin nombre

Setenta años después la tumba ha sido localizada en un pinar cercano a Mora por científicos de la sociedad navarra Aranzadi. Por fin a los hombres de la 84 brigada mixta republicana se les ha devuelto el honor.

Aun en el bando perdedor, hubo perdedores.




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