jueves, 7 de enero de 2016

Capítulo ducentésimo octavo "Multas y multones"

Música de hoy, Ray Orbison "They won´t be many coming home", incluida en la banda sonora de la última de Tarantino. La verdad es que no es de amor precisamente esta





Hace ya años que no viajo por Europa, simplemente no me motiva. Evidentemente de viaje siempre estas estupendamente, no hay tiempos, vas a pasarlo bien, la compañía es agradable..... pero ya cada vez más evito los viajes por Europa. Una cosa es ir a una ciudad determinada unos pocos días, pero un viaje de más de una semana por Europa, no me llena para nada. Simplemente por una cosa, toda Europa es igual. 

Hala, que sí. Que si la catedral, que si la calle peatonal, que si el casco antíguo..... que lo que queráis. Pero yo me la juego con quien quiera a que no es capaz de diferenciar una calle de Madrid de una de Cáceres de una de Bonn. Me refiero a las "calles de ellos", por supuesto. Por la simple razón de que toda Europa está uniformizada. Toda es igual. La forma de vivir de un Sueco no difiere para nada en lo esencial de la nuestra. Y francamente salir de vacaciones a un sitio que es igual que el nuestro, no aporta nada

Con una salvedad

Que la mayoría de los países europeos son bastante más caros que el nuestro. Y un caso especialmente sangrante es noruega. Si os animáis a ir, os recomiendo que os hagáis la siguiente composición: todo vale igual que aquí, pero multiplicado por cuatro. Un triste menú de carretera, una coca cola, un bocata...... todo vale del orden de cuatro o cinco veces lo de Iberia. Es una pasada. Recuerdo los cinco euros de hace catorce años que pagamos por unos botellines de agua en una plaza de Oslo. Y botellín de máquina en la calle, no os penséis que en un bar de lujo no. Botellín de calle, cinco eurazos. Pues todo en consonancia

Hasta las multas

Un día aparcamos la fragoneta de los milicotones en un pueblecito, teníamos previsto hacer una caminata de unas tres o cuatro horas a un mirador desde el que nos decían que había unas vistas maravillosas. Pues armados de ardor juvenil atacamos la cuesta disfrutando de una magnífica mañana veraniega. El día y el paseo fue una gozada, y nada como disfrutar de una almuerzo allá arriba tras haber hecho hambre por el camino.

Total que atacamos la bajada y al llegar al pueblo nos encontramos a la Guardia Civil de Noruega, a una grúa noruega, y a nuestra fragoneta a punto de montar a la grúa. Nos habían denunciado por mal aparcamiento (no sé que coño de artículo del código noruego habíamos infringido) y nos libramos por la campana de tener que ir a buscar la fragoneta por media Noruega. 

El poco amable guardia nos miró con mirada torva

"Malditos infractores" parecía decir con esa mirada asesina. Nos pidió la documentación y el permiso de conducir. Y se le cambió la cara cuando vio que éramos españoles. O cuando vio que no éramos alemanes. Y nos contó lo ocurrido

Es cierto que la fragoneta estaba mal aparcada, pero que no obstaculizaba nada y que con la multa hubiera bastado. Pero que una señora mayor insistió en que la retiraran y lo había denunciado así. Por la matrícula alemana, por eso

En la Segunda Guerra Mundial los alemanes hicieron auténticas animaladas en Noruega, y los noruegos les tienen un odio tremendo; eso nos contó el amable guardia. Vamos, que la multa era por mal aparcamiento, eso era cierto, pero que si la frago hubiera sido de cualquier otro país, hubiera quedado en nada. En el fondo el guardia al final casi (solo casi) nos pidió disculpas. Pero bueno, que como ya estaba allí, que de la multa no nos librábamos, ni de pagar la grúa. 

Y fue una multa noruega, al estilo de todo en noruega. Vamos, del orden de los trescientos euros a algo así al cambio nos salió un triste mal aparcamiento

Como os digo, si os animáis a viajar por allí, levad mucho mucho mucho..... dinero. Es escandalosamente caro ese país. Y no alquiléis vehículo en Alemania, hacedlo en Dinamarca. Es mejor

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