martes, 20 de octubre de 2015

Más historias del abuelo Benito

Música de hoy, de Scorpions "No one like you"


















Mirad que mapa tan bonito de Peralta Monumental.

Para los foráneos de Peralta Monumental os voy a explicar algo curioso. En los años cincuenta se construyeron por todo España unas viviendas nuevas destinadas a agricultores. Disponían de terreno (corral) y espacio para cuadras, gallinero, conejeras y pocilga. Vamos, una traslación del régimen autárquico que era España a nivel familiar. Sinceramente creo que esa política de vivienda social fue un gran acierto del régimen franquista. Una gran cantidad de viviendas por todo España y todas hechas casi iguales; eso contribuye y no poco a hacer un producto de calidad y barato.

Y así se llamaron estas viviendas por todo España, "las casas baratas", que estaban a las afueras del casco urbano. Y tras esto, los que vivíamos en "las baratas" íbamos "al pueblo" a pasar el rato. Estábamos "los de las baratas" y "los del pueblo", como si todo no fuera pueblo. Bueno, esa era la diferenciación que había entre unos y otros.

Yo viví y vivo en las baratas. Y viví con mis abuelos en la misma casa. Yo soy un niño "de las baratas"

Al final de sus días mi abuelo estaba ya bastante deteriorado por el lógico proceso de los años. Se defendía para andar, pero estaba bastante sordo y casi ciego. Eso sí, no perdía el humor ni las ganas de vivir. Tengo una anécdota que lo definía. Se juntaron los amigos de la cuadrilla que hicieron esa puta guerra juntos a celebrar los 50 años de la vuelta. Y se lo pasaron tan bien que mi buen abuelo dijo

"Nos hemos de juntar otra vez a los setenta y cinco aunque NO QUEDEMOS mas que dos". Por si acaso, él era de los que iban a quedar

Pues a lo que iba. Al final de sus días no renunciaba mi abuelo a hacer vida social. Los moradores de Peralta Monumental tenéis el plano en la cabeza, los que no, echadle un vistazo al mapa que encabeza estas líneas.

El centro operativo de Benito era el "Bar Deporte" que lo llevaba entré "Máximo el del bar" y su mujer "La Carmen la del bar". Ahí se bajaba a tomarse su cafecito. 

A Benito le encantaba visitar a sus amigos y la charla. Pero como os digo, ya al final estaba casi ciego y no se podía mover por todo el pueblo como al él le gustaba por sus propios medios. Pero se buscaba la vida y bien que se la buscaba

Así que se ponía en la acera al borde de la carretera y se ponía a agitar un pañuelo. El primero que pasaba, que lógicamente "venía del pueblo" e "iba en dirección al polígono" paraba a ver que le pasaba a ese venerable anciano y bajaba la ventanilla. Mi abuelo se asomaba al interior del coche y la pregunta y la respuesta siempre eran las mismas 

"¿Dónde vas majico?" (daba igual que fuera hombre o mujer el conductor)
"Voy al polígono industrial"
"Pues hala, como te pilla de paso, me llevas al pueblo"

Esta última frase la pronunciaba a la vez que abría la puerta y se sentaba tan ricamente en el asiento del copiloto. Y al piloto no le quedaba más remedio que dar la vuelta y llevar al abuelo "al pueblo". 

Cuando llegaban a la altura del Ayuntamiento de Peralta la conversación era

"Bueno ¿Dónde lo dejo?"
"Déjame en casa de la Puchera" (esta buena mujer era su amiga del alma)
"¿Y dónde es eso?"
"Que te pilla de paso majo. Mira, entra por esa calle que sube del ayuntamiento, luego a la derecha y luego a la izquierda"

Y después de hacerle dar veinte vueltas al improvisado taxista, conseguía que lo dejase en la puerta de la casa de su amiga.

"Hala majico, gracias. ¿Ves que poco te ha costado?"

El otro se daba la vuelta como podía en la estrechez de esas calles y hala, a volver "del pueblo a las baratas" después de llevar al Abuelo Cebolleta.

Daba mucho juego Benito.

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