viernes, 14 de agosto de 2015

Ratas que ha habido

Música de hoy,  viene al pelo "justicia poética" de Uriah Heep



Y con perdón de las ratas. Los años cuarenta vieron proliferar una serie de genocidas como nunca se había visto. Tanto por los medios que utilizaron como por la cantidad de sangre que vertieron. Todos conocemos los casos de Hitler o Stalin. No ha habido otros en la tierra que los igualen en cuanto a víctimas. 

Pero hubo gente peor. Esos dos pájaros que he nombrado tenían "sus motivos" para hacer lo que hacían. Pero hubo otro elemento, del bando alemán, que desde mi punto de vista su maldad no ha tenido igual. Mataba por el placer de matar, con sadismo crueldad y ensañamiento. Le gustaba ver a la gente sufrir y ser temido, un puto sádico como posiblemente no ha habido otro en la tierra. Os estoy hablando de  Reyhard Heidrich, el criminal más frío y calculador que ha dado la historia; el conocido como "el verdugo de Hitler" o "la bestia rubia". Se cuenta que el propio Himmler, el segundo del régimen, temía a Heydrich. Todo un prototipo del "nuevo hombre" que el régimen nazi pretendía conseguir

No se que han tenido estos tipejos; Hitler pintaba, Stalin escribía poemas y era un cinéfilo compulsivo y Heydrich era un buen violinista. Ya veis, lo que les cundía el tiempo a estos tiparracos.

Heydrich inició su carrera militar en la Armada, siendo expulsado de ella en los años treinta. Medrador, sin escrúpulos y con ganas de pisar cabezas para ascender, se enteró de que Hitler estaba organizando una especie de "asuntos internos" en las SS. Se presentó y diseñó (fruto de sus lecturas de novelas) lo que el entendía que debía ser el funcionamiento de este departamento. A la bestia de Hitler le gustó el planteamiento y este fue el inicio de su carrera de represión y muerte

Hay varias anécdotas de él. Se cuenta que una noche en un puticlu lanzó monedas al suelo solo por el placer de ver arrastrarse a las mujeres por el suelo. Vamos, digno de un auténtico caballero. Heydrich fue quien diseñó la "solución final" para el exterminio judío y fue el encargado de aplicarla en Checoslovaquia, a donde recaló por mandato de Hitler con poderes absolutos y siendo casi el rey de este país. 

El odio que sentía por los judíos no tenía parangón, quizás acentuado por que se decía que tenía ascendencia judía en su familia.

Pero tuvo un final de película. El "carnicero de Praga" fue víctima de un atentado. El tío chulo se negaba a viajar en coche blindado y lo hacía por toda Checoslovaquia en un descapotable. Un comando de valientes paracaidistas lo cosió a balazos y a bombazos en una carretera secundaria. Por cierto, que sería lo que fuere, pero quizás llevado por su chulería cuando se inició el atentado y la bomba que le lanzaron falló, en vez de refugiarse tras el coche como le gritó su chofer salió pistola en mano a atacar a sus asaltantes

Heydrich quedó gravemente herido; pero hay una justicia poética. El único médico que había cerca era un judío. Y Heydrich se negó a ser atendido por un judío. Para cuando localizaron un médico ario, la cangrena se había adueñado de su cuerpo y Heydrich murió entre atroces sufrimientos

El comando de paracaidistas fue acorralado en una cripta de la Catedral de San Cirilo. Resistieron hasta las últimas balas, que fueron para ellos. Se descerrajaron un tiro antes de ser hechos prisioneros. Sus cadáveres fueron decapitados y las cabezas conservadas en formol

La venganza nazi se lanzó sobre dos pueblos que supuestamente habían prestado ayuda a los paracas; Lidice y Lezaky, que fueron totalmente arrasados.

Como anécdota terrible os diré que el segundo médico que atendió a la bestia la cagó en el empleo de sulfamidas para parar la infección. Como "castigo" fue trasladado a un campo de concentración, como médico del mismo. Allí se dedico a "estudiar" el porqué de su fallo, y para ello utilizó como cobayas humanas a presas de dicho campo. Les inflingía heridas, provocaba su infección y posteriormente las trataba para ver su respuesta al tratamiento

La humanidad no ha caído tan bajo como lo hizo en aquellos oscuros años. 

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