lunes, 27 de julio de 2015

De como Salazar comprueba que vive en un país de tramposos

Música de hoy "La calle del olvido", de Los Secretos





Pedro Salazar Ibiricu, el magnate de las achicorias, ha invitado a varios políticos españoles a un paseo en su exclusivo jet Gulfstream G650. Pedro es un hombre al que le gusta tender puentes y piensa que el hecho de reunir a estas personas, entre las que están políticos de "los de toda la vida" a "los nuevos" en un ambiente relajado puede ser positivo para el devenir de la vida de todos los españoles. Nada como un poco de tranquilidad y sosiego para que en el transcurso de una conversación tranquila afloren puntos de coincidencia y afinidad

Pedro empieza a estar a gusto en este momento. Una copa, un poco de música clásica y la contemplación de varios Matisse que decoran las paredes de la aeronave consiguen lo imposible; que haya concordia entre los que van a ser rivales en las próximas elecciones

En un momento dado Pedro propone echar una partida al monopoly, juego entretenido y que todo el mundo conoce. Los tres políticos aceptan encantados el desafío. Comienza la partida de tan capitalista juego y de normas internacionales. A Pedro le gusta de practicar este juego, se ve como es cada uno de los jugadores a lo largo de las sucesivas vueltas que se van dando. Y como bien Pedro sabe, las normas son internacionales. Pedro ha jugado innumerables partidas con amigos de todos los lugares del mundo. Es la ventaja de que sea un juego internacional

La partida discurre en un ambiente festivo. En un momento dado, uno de los jugadores cae en una casilla en la que Pedro tiene un hotel. Y no dispone de efectivo para satisfacer la deuda

"Pido prestado al banco" comenta
"Eso no se puede. Las normas no contemplan pedir dinero a la banca. Has perdido y tienes que dejar el juego"
"Bahhh, es España jugamos con otras normas. Que me deje dinero el banco y ya se lo devolveré"

Pedro hace cuentas y ve que las propiedades del jugador no bastan para garantizar la deuda. Pero bueno, no deja de ser un juego y continua la partida. Un poco más tarde, otro jugador vuelve a a caer. No dispone de efectivo pero sí de propiedades

"Quito el hotel que tengo aquí y que la banca me de el dinero"
"Oye majo, que la banca recompra las propiedades por la mitad del valor. Son las normas"
"Bahhh, es España jugamos con otras normas. Aquí el banco recompra a lo que costó"

Pedro está sorprendido por la forma de jugar de estos políticos que gestionan el país. Sigue la partida como se está viendo y en un momento dado el banco ha prestado todo el capital que dispone y ya no hay más dinero en circulación

"Pues ahora que los billetes valgan con un cero más"

De un plumazo Pedro contempla como el dinero en circulación se ha multiplicado por diez. Al disponer de más dinero, inmediatamente los precios de las calles que quedan suben en las subastas que se van dando. Y uno de los jugadores (no es Pedro) plantea poner dos hoteles en sus calles

"Pero eso las nomas no lo contemplan" Dice Pedro, ya un poco indignado
""Bahhh, es España jugamos con otras normas. Aquí se puede edificar todo lo que quieras"

Otro de los políticos cae en la cárcel. Como hay mucho dinero en juego, paga un dinero y sale

"Eso tampoco viene en las normas" Se queja Pedro
"Bahhh, es España jugamos con otras normas. Aquí pagas y sales"

Y Pedro va viendo como los tres políticos, uno de los cuales será el futuro presidente del país, se van inventando nuevas normas, todas adecuadas para su juego. Y como el dinero en circulación aumenta artificialmente, como los precios suben, como se edifica sin control....... como van  variando las normas a su conveniencia. El colmo es cuando Pedro contempla que uno hace trampas contando y otro manipula la tirada. Todos ríen y se carcajean. Y Pedro ve de la calaña que están hechos.

"Un momento, voy a la cabina a cruzar impresiones con el comandante y el copiloto"

Pedro se dirige al centro de mando

"Comandante, llame a toda la tripulación aquí"

Las tres azafatas, el comandante y el copiloto, junto con Pedro, se dan cita en la cabina.

"A ver. Pónganse los paracaídas; comandante, ponga rumbo al océano y conecte el piloto automático. Baje la velocidad de crucero al mínimo posible. Vamos a saltar y aquí se quedan estos tramposos arruina países"

Un pastor que está con su rebaño en la serranía turolense contempla como seis puntitos blancos van bajando del cielos en una mañana calma, a la par que ve allá en lo alto otro puntito que deja dos estelas de condensación en dirección oeste. Sigue apacentando su rebaño con total calma

En el Gulfstream, los tres invitados siguen dando vueltas al tablero entre risas y sin echar en falta a Pedro. Se han apoderado del dinero de juguete que tenía Pedro, se han repartido sus propiedades y siguen dándola al wisky a gusto.

Pedro suspira con pesar mientras busca un sitio adecuado para aterrizar

"Qué país. Que políticos.Qué pena"

Y recuerda la cita del cantar del Mío Cid

"Que gran vasallo si tuviera un gran señor"

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