lunes, 4 de mayo de 2015

Capítulo ducentésimo segundo "¿Y estos nos van a defender?. Amos anda"

Música de hoy, ya que vamos de viaje, en tren "Downtown train", versión de Rod Stewart


Fantástico fue el viaje que hicimos por la centroeuropa excomunista cuatro amigüitos. El muro recién caído y en aquellos países todo por hacer. Aquellos mundos se empezaban a asomar con asombro al mundo capitalista y todo era prisa por ponerse a nuestra altura consumista. Y nosotros no dejábamos de asombrarnos, haciendo símiles a lo que debió ser la transición española

Pero también hubo una pincelada del viaje en el que nos dirigimos a la potente y rica Europa, al país que yo creo que mejor tiene que ser para vivir. Austria. Por que...... ¿vosotros oís algo acerca de Austria en los telediarios? Como mucho que algún esquiador austriaco ha ganado alguna medalla, como mucho. Es un país que vive en su riqueza y en el olvido. Y así son muy felices, como ellos mismos reconocen

Salimos de cenar una día y a la hora de coger el coche vimos a pocos metros a un chaval sentado en la acera, con pinta de estar descompuesto y a otro auxiliandolo. Parecía lo evidente, una borrachera habitual, pero era pronto. Así que por si acaso y llevado por nuestra solidaridad, nos acercamos al par por ver si necesitaban ayuda.

Y era lo que parecía, uno de ellos con un pedo considerable y el otro un poco más sobrio, pero con su ración encima. Total que para variar, nos pusimos a hablar con el semisobrio. Y nos dijo que tenían un problemón. Nosotros, hombres resolutos, preguntamos que qué era lo que los acongojaba. 

Resulta que eran militares. Jovencitos, pero militares. Uno, el más pejudicado, teniente. Y que tenían que ir al cuartel, que si no se metían en un follón.

Pues vaya problema ¿No? Cogéis un taxi y que os lleven. El problema venía por que habían ido a la ciudad en moto, propiedad del mas comatoso, y que el sujeto no quería volver al cuartel abandonado su cabalgadura en la ciudad a merced de cualquier desalmado. Y evidentemente estaba en condiciones de cualquier cosa menos de conducir una motocicleta. La moto estaba a su lado y el borrachuzo la acariciaba

Nosotros, hombres resolutos y de echar una mano, nos pusimos a buscar la solución. Y uno dio con ella

"¿Ande está el cuartel? Pregúntales."

El que se tenía en pie nos lo señaló en el mapa con dedo tembloroso

"Pues fácil. Yo tengo carnet de conducir motos. Cojo la moto y la llevo y vosotros lleváis al medio borracho este al cuartel delante y yo os sigo. Los dejamos al lado del cuartel, aparco la moto y paz y gloria"

Nos pareció una buena idea. Total que nuestro amigo se pone el casco de la moto y la chaqueta, que estaban sobre la máquina. Le explicamos la gran idea a la pareja. Y nos miran con ojos como tapas de perolas de rancho ante la ocurrencia. 

Simplemente, no les entraba en su cabeza cuadrada que eso se podía hacer. Les rompimos los esquemas. Nos lo agradecieron en el alma, pero al final dijeron que se arriesgaban a llegar tarde y que cuando se les pasara la borrachera volverían al cuartel

La verdad es que si han llegado a algo en su carrera militar, será como mucho al escalafón de los que obedecen, por que a la estantería de los que ordenan y tienen ideas, creo que no

Con lo buena que era la idea. Era para ver a uno de nosotros ya subido a la moto y con la chupa puesta, dispuesto a arrancar y solucionar el tema. Pero no, allí se quedaron los etílicos con un signo de interrogación encima de la cabeza, como en los tebeos de Mortadelo.


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