domingo, 5 de abril de 2015

Hace falta ser brutos

Como hoy va de medievo, un poco de música medieval. Del Codex Chantilly



Os presento a Eduardo II de Inglaterra



Esto del asesinato por motivos políticos ha formado parte siempre de la historia. Nada como una buena puñalada en las tripas, un despeñamiento adecuado, una ración de veneno o el simple estacazo con el que Caín inauguró la historia. Simple y efectivo, quítate tú para ponerme yo

Os voy a contar un caso espeluznante. Primero, un poco de contexto histórico, en la Inglaterra del siglo XIV. 

Las cosas estaban muy revueltas. Reinaba por aquellos tiempos Eduardo II, hijo de Eduardo I, del cual no había heredado nada más que el nombre y el reino. El padre era un tío duro y con todo bien puesto, es el rey que sale en película esa de Braveheart, el que no tiene duda en mandar disparar flechas sobre sus propias tropas para acabar con sus enemigos. Como os digo, un tipo que no se andaba con chiquitas

Su hijo era homosexual de los que no habían salido del armario por la sencilla razón de que nunca estuvo dentro de el. Desde pequeño mostró sus tendencias sexuales y tenía como amante a un tal Hugo Le Despenser, que prodigaba sus cariños a Eduardito, y de paso gobernaba a su antojo el país sangrándolo para beneficio propio y de su familia. Ya os podéis imaginar el ambiente que se respiraba en Inglaterra con esta situación. Toda la nobleza más mosqueada que un pavo en  navidad, tanto con Eduardo como con su novio Hugo.

Eduardo casose con Isabel, hija de Felipe IV de Francia. Ya veis, la política es así. Y Eduardo aun a su pesar dio cuatro hijos a Isabel. Pero bueno, la naturaleza es lo que es y la buena de Isabel, hasta el moño de su marido, también se buscó la vida y un amante. El amante era un tipo recio que respondía al nombre de Roger Mortimer. No sé por qué, pero muchos secuaces en literatura y cine se han llamado Mortimer

Total que la reina, convalachada con Roger y con todos los Mortimer que en Inglaterra había, destronó a su maridito y se puso ella a cargo del cotarro. Metió a su marido en prisión y tan ricamente se hizo con las riendas el reino. Puso a gente de su total confianza como carceleros y les entregó las instrucciones de lo que tenían que hacer. La nota era esta

"Eduardum occidere nolite timere bomun est"

Yo no soy muy ducho en esto del latín, pero parece que la traducción es

"No matéis a Eduardo, temer es bueno"

Pero parece que sus sicarios lo tradujeron como

"No temáis matar a Eduardo, eso es bueno"

Cosas de aquella época, en las que el traductor de google todavía no era ni un proyecto.

Total que los partidarios de Eduardo, que no eran pocos, tramaron liberarlo de prisión. Y el jefe de los carceleros se vio en la tesitura de que tenía que acabar con el Rey. Matar a un rey en aquella época, por muy depuesto que esté, no es cosa baladí. Entre que es medio sagrado por eso del derecho divino y que las tornas en aquellas épocas cambiaban como las estaciones, era una tarea que había que pensársela.

Y pensaron, ya lo creo que pensaron. 

Pensaron como matar al rey sin dejar marcas. Evidentemente no lo podían ahorcar ni cortar el cuello. Y despeñarlo hubiera sido sospechoso. Los venenos no eran lo que ahora, y morían entre atroces convulsiones, lo que dejaba el cadáver en un estado cochambroso.

Y se recrearon en la tarea, ya lo creo que se recrearon

Os lo cuento. Ojo, que es fuerte

Tomaron un cuerno de vaca, vamos, un asta. Y le cortaron la punta, con lo cual el cuerno pasó a ser un tubo. Metieron el cuerno-tubo por el culo al pobre Eduardo. Y acto seguido con un hierro candente al rojo vivo, procedieron a abrasarle las eñtrañas por dentro. 

Y se quedaron tan panchos

Dice la leyenda que los alaridos se escucharon por todo el pueblo. Al día siguiente mostraron el cadaver del pobre Eduardo, que evidentemente no mostraba ningún signo de violencia externa. El cuerno-tubo había hecho que el hierro entrara limpiamente al interior de Eduardo sin dejar marca por fuera. Y como eso de las autopsias todavía no se estilaba, pues ahí acabó todo

Esto forma parte de una serie de siete libros, "Los reyes malditos", saga escrita por Maurice Druon. Serie muy recomendable que muestra muy bien lo que era la Francia y la Inglaterra de aquellas épocas

Unas tierras poco recomendables para vivir. Ya veis que especímenes las poblaban.


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