viernes, 30 de enero de 2015

Todo buen español debería mear siempre mirando hacia Inglaterra

Música de hoy, vamos a darle a la tatachunda. Pero a la tatachunda solemne y tristona, que el post lo requiere. "Funeral de Sigfrido"


Os presento a Don Blas de Lezo y Olabarrieta;  Marqués de Ovieco (a título póstumo, como casi todo en este país de víboras envidiosas). Oriundo de Pasajes de San Pedro, pueblo marinero de Guipuzcoa 


Antes de pasar a narrar que hizo este señor y su vida, os cuento el marco histórico

En la primera mitad del siglo XVIII la hegemonía mundial estaba entre tres países, o tres imperios mejor. Francia, Gran Bretaña y España. Y el poderío se dirimía tanto en tierra, con los temibles tercios españoles dando estopa por toda Europa, y el mar, donde las fuerzas estaban mucho más equilibradas y los vientos soplaban tanto a favor de unos como de otros. Los tres imperios tenían grandes marinos.

Hubo un hecho que desencadenó una guerra entre España y Gran Bretaña. 

Una capitán británico, Robert Jenkins volvía de América en 1731 con su cargamento, el cual era fruto del pillaje y contrabandeo. Lo normal en aquellas épocas. El caso es que su barco fue interceptado por lo que era el Servicio de Vigilancia Aduanero de entonces. El guardacostas español La Isabela, comandado por el capitán Julio Fandiño fue quien estaba a cargo de la tarea. Registrado el buque de Jenkins, apareció todo el mercadeo y el matute y Fandiño se dispuso a dar un escarmiento a Jenkins. Ató a Jenkins a un palo y ni corto ni perezoso le cortó una oreja. Fandiño, hombre generoso y poco violento, le entregó su oreja a su legítimo propietario, a la vez que hablándole al apéndice cortado le decía

"Ve y dile a tu rey que lo mismo le haré a él si se atreve a hacer lo mismo"

Total que Jenkins volvió a Inglaterra con la oreja en la mano y un poco enfadado. Le había sabido malo lo que le habían hecho, es que hay gente que no aguanta nada. Le contó a su rey lo que le había pasado, me imagino que mejorando la historia, y su rey se cabreó. 

"Esto es un insulto a mi persona" o algo así dijo el rey Jorge II, todo digno. "Y esto hay que lavarlo con sangre".

Y para ello se montó la flota más poderosa hasta la fecha habían visto los mares. 60 buques más que la "Armada Invencible" con el firme propósito de acabar con el imperio español en Sudamérica. El objetivo inicial, tomar Cartagena de Indias, centro económico y logístico de España en el continente. Y a cargo de la defensa de esta ciudad estaba Blas de Lezo, el marino y soldado de Pasajes de San Pedro nacido en 1687

Los hombres de Pasajes de San Pedro siempre han sido grandes marinos. Aquí somos del campo, allí son del mar. Y así ha sido siempre. Blas de Lezo empezó su carrera de armas a la edad de diecisiete años, ya veis, a esa edad estamos en estas épocas con la play. Pues él, embarcado. Para empezar participó en una batalla frente a las costas de Málaga, con el resultado de empate. Ambas escuadras, la británica y la franco española se atribuyeron la victoria. Realmente los dos quedaron bastante escachados. Y fue en esta batalla que un tiro de bombarda se le llevó al adolescente Blas de Lezo la pierna por delante. Fue su primera mutilación de guerra. Con diecisiete años y pata de palo ya. Perdió la pierna y lo ascendieron a alférez

En 1707 fue destinado a la defensa de Tolón. Ya era teniente, y en esta batalla se quedó tuerto. 

Con 23 años ya era capitán de fragata. Toda una carrera. Con 23 años, comandaba su propio buque. Se le atribuyen once abordajes de barcos ingleses. En esta época, en 1712 participó en la defensa de Barcelona. De nuevo recibió una herida en el brazo derecho que se lo dejó inútil. Con veinticinco años el pobre hombre estaba hecho un cuadro, cojo, tuerto y manco. Y es en este momento cuando lo apodaron el "medio hombre". Sobrenombre ganado a pulso

En 1723 se le nombró almirante de la flota del Sur. Y aquí destacó por la valentía y dotes de mando y estratega. Su carrera iba en ascenso, multiplicándose el número de capturas de buques enemigos y con ello, el tesoro en metálico que iba a engrosar las exhaustas arcas españolas.

Total que llegamos a 1741 con la flota británica poniendo proa a Cartagena para vengar lo de la oreja esa. La escuadra, como os digo, debía ser impresionante. 186 naves, 2620 cañones y 27.000 soldados embarcados. Y en Cartagena había defendiéndola 3.500 soldados mandados por..... D. Blas de Lezo, el medio hombre.

Hay abundante documentación en internet sobre el asedio y como organizó la defensa. El caso es que el de Pasajes se salió con la suya. Derrotó a los ingleses y su flota quedó desarbolada, permitiendo mantener a España la hegemonía en el mar durante cincuenta años mas. Gracias a un medio hombre al mando de 3.500 soldados anónimos el imperio sobrevivió. Jorge II, el rey inglés, se quedó en su isla mordiéndose lo cojones y cagándose en la madre de Blas de Lezo. E incluso prohibió que se hablara y se escribiera nada sobre esta derrota, que de hecho pasa de tapadillo en los anales de la armada británica. Dice la leyenda que Jorge II se pegó el resto de su vida diciendo "God damm you, Lezo" (Dios te maldiga, Lezo). Vamos, que se le aparecía en sus peores pesadillas

Blas de Lezo murió de peste en la propia Cartagena, en 1741. Fue enterrado en una fosa común. Así, sin mas. Así eran las cosas en aquella época.

Se le atribuyen dos frases. Esta, la primera no sé si es cierta

"Para venir a Cartagena es necesario que el Rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, por que esta sólo ha quedado para llevar carbón de Irlanda a Londres, lo cual les hubiera sido mejor que emprender una conquista que no pueden conseguir"

Y esta, seguro que es cierta

"Todo buen español debería mear siempre mirando hacia Inglaterra"

Seguro, seguro que Blas de Lezo dijo esta frase sí que la dijo.  Es muy español este chascarrillo. La vivienda de Blas de Lezo aún está en pié en Pasajes, ahora es una sociedad gastronómica. Algún día me gustaría visitarla, seguro que huele a historia

Los ingleses han hecho cantidad de películas para recordar sus victorias. Nosotros, lo que solemos hacer es ensuciar la memoria de aquellas personas. Yo no digo que fueran héroes, muchas veces sólo eran hombres que la vida los había puesto en una situación y ellos se limitaron a hacer su trabajo lo mejor que supieron. Una de las últimas fragatas de la Armada Española, la F-103 lleva el nombre de Blas de Lezo



Merecería la pena estudiar el árbol genealógico del matador de toros Iván Fandiño. A ver si tiene algo que ver con el capitán Julio Fandiño, el que le cortó la oreja a Robertito. Igual le viene de ahí a Iván esto de cortar apéndices

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