martes, 28 de octubre de 2014

Balance del día de la seta

Música de hoy "Alegría", del Circo del Sol




El finde lo comenzamos el viernes, con la clasificación de las setas. Una gozada poder disfrutar de la compañía de unos sabios como los de la Sociedad Aranzadi. Aquí os dejo unas fotitos



En plena tarea "¿Y esta, cual coño es?"

195 especies que entre unos y otros aportasteis. 

Y el sábado disfrutar de un paseo mañanero con unos amigüitos del pueblo y la incomparable compañía de Manuel, otro sabio del mundo de la fitoterapia

El domingo fue un día fantástico. Un solazo primaveral y una temperatura casi veraniega. Montar la exposición y a ver al personal desfilar. Pero para mí esta edición ha tenido algo especial frente a las otras. 

Primero, os hablo de lo material. Recaudamos 1900 euros y se les entregó a las compañeras de Amaia Autor 1600. Los otros trescientos son cosas que tenemos que comprar todos los años (cubiertos, platos, tuppers...), no os penséis que es para nuestras hipotecas

Y sigo con el balance. Agradeceros a todos vosotros vuestra compañía y vuestra aportación. A nuestros patrocinadores, a Pan Barcos por darnos las migas y por su atención al suministrarnos más a una hora intempestiva, al supermercado BM de Peralta por facilitarnos la longaniza y las setas, a a la SAT Morotos que nos facilitó la logística tan imprescindible.

Y ahora, lo inmaterial

En mis viajes a lo largo del mundo he aprendido algo, a viajar con lo justo tirando a poco. En algunos, hasta la cámara de fotos me he dejado en casa. Total, son los recuerdos y las emociones lo que perdura de un viaje. Como os digo, siempre que bajo a esos mundos dejados de la mano de todos aplico la máxima (mía, por cierto) de "Más vale puerco que cargado". No pasa nada por ir cinco días con la misma ropa cuando vas de expedición. Total, qué. Llegas al final del viaje, te lavas, lavas la ropa o la tiras y como nuevo.

En los últimos viajes, viajo tan ligero que he aprendido a dejar dos cosas en casa. Una, el estómago. Y otra, el corazón. No me duelen prendas en reconocer que es difícil que algo me conmueva. Qué queréis que le haga, no me considero un mal tío pero tras ver muchas injusticias, te inmunizas contra todo. Sabes que no puedes hacer nada, que tienes pasaje de vuelta y por si acaso tu embajada está próxima; y que el 80% del mundo vive jodido. Así que me limito a observar, nunca a participar y mucho menos a juzgar. Mis viajes procuro hacerlos con ojos de reportero. Ver lo que hay y no conmoverme. Si viajáis mucho, os ocurrirá.

Pero hay una tercera cosa que esa sí que me jode dejar en casa, y es la capacidad de sorpresa. Siempre os lo digo, los foros, el cine IMAX, los cientoypico canales de tele, todo lo que hay en la red..... para cuando vas a ver algo, ya lo conoces, ya lo has vivido y, por desgracia, ya no te sorprende. Es algo que sí que echo en falta de mis primeros viajes. Ya nada me sorprenderá como la primera vez que vi las pirámides o cuando me crucé con aquellos críos en Nepal que estaban condenados a morir o las calles llenas de inmundicia de Nairobi. Te inmunizas

Sin embargo, este domingo me sorprendí, y es algo que tengo que agradecer.

Y lo agradezco a las personas compañeras de proyecto de Amaia que bajaron a acompañarnos el domingo. Y lo que me sorprendió fue su ímpetu y su empuje. Sus ganas de vivir y de compartir su vida. Y sus ganas de cambiar esto, su rebeldía amable y sin violencia, sin gritos ni barricadas

He conocido personas que se han dejado la piel y la salud ayudando a los demás. En general, personas de edad más avanzada que la mía. Gente muy valiosa, pero gente desencantada. Y no por ello dejan de hacer su trabajo y en lo que creen. Pero saben que su trabajo va a ser estéril, que va a ser un grano de arena en un desierto de podredumbre. Y aun así, no cejan en su empeño y muchas veces mueren en el. Pero no sueñan. Trabajan; pero no sueñan

Sin embargo estos chavales aun sueñan. Creen que pueden cambiar algo, ayudar y que su trabajo va a redundar en mejorar algo. Hasta la mirada les cambiaba cuando en medio de una conversación trivial hablaban de sus experiencias en Perú. Son soñadores, pero con los pies en la tierra. Jóvenes con formación universitaria, con sus carreras y su conocimiento. No son unos quijotes. Son personas que planifican, que trabajan con un método y con objetivos. Y con la fuerza que da la juventud. Pero aún sueñan. Se les ve otra forma de mirar.

Nos acompañaron en la comida y al final de ella nos dirigieron unas palabras de agradecimiento por nuestra tarea. Pues desde aquí, unas líneas de agradecimiento mías hacia vosotros por ser como sois. 

Parece mentira que un recio como yo hable de estas cosas, pero qué queréis, uno también tiene su corazón.

Así que agradezco a estos chavales que por un momento, una mañana de domingo de octubre, lograran que Jesús Osés Balduz recuperara su capacidad de sorpresa. Y esa sensación no la cambio por nada. Me hizo retroceder veinticinco años.

Los 1600 euros, una buena nómina mensual, sirven para pagar los estudios a cien chavales durante un mes. Sí amigos, así es. Apadrinar a un chiquillo de estos cuesta quince euros mensuales. Dicho de otra forma, una ración de migas da para pagar una semana de estudios. Las matemáticas con así de implacables.

Os dejo enlaces.

Uno al facebook de Casa Hogar El Muyo


Otro a su blog. En este os cuentan que hacen y como lo hacen. Y si queréis apadrinar a algún peque, como hacerlo


Y el reportaje gráfico


Mirad a Carlos. Quien tuvo, retuvo


La tienda migas, preparada para entrar en combate



Sección cocina



"Mmmmm, no sé, no sé"


Las tenderas. Insuperables


Y José Angel. Atendiendo a la CNN, a la BBC, y a Al-Yazira



Compañeros y familiares de Amaia

Bueno, hasta la próxima edición. La décima ya. But I´m feel I´m growing older, and the songs that I have sung....

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