miércoles, 23 de abril de 2014

¿Qué ocurre con los cimientos de las casas en Peralta?

El terreno (subsuelo) que tenemos en nuestro pueblo puede ser en sí todo un libro de geología. Todo lo que es el casco viejo de nuestra Peralta Monumental está asentado en una zona muy problemática y difícil de cimentar.

Las cimentaciones profundas es algo moderno. Hasta hace unas décadas se podía bajar “hasta donde daba la pala” y unos pocos años más atrás lo que daba el trabajo de las costillas y los brazos del albañil. Un par de metros, no mucho más.

Si cimentamos una casa en la parte alta del pueblo, pronto nos encontramos con la piedra de yeso. Parece un terreno muy duro, pero sólo lo parece. Más abajo, pegados al río, pronto nos encontramos las gravas del Arga, que es un buen terreno para cimentar. En medio, justo donde está la iglesia y la calle mayor, el terreno es una especie de blandiblup. Unos rellenos de poca consistencia mezclados con arcillas. Y es en esta parte donde tenemos la mayor parte del pueblo y la más antigua.

Acordaos de la pedazo obra que hubo que hacer para sujetar la iglesia, que “se partía”. Media iglesia está asentada sobre la roca de yeso y la otra media sobre ese “pantano”, y eso provocaba que la iglesia poco a poco se fuera “partiendo y hundiendo”. Tras este “recalce” de la iglesia me ha tocado unas cuantas obras más de sujeción de edificios, y muchos de ellos en lo que es la parte más “dura” del terreno

¿Qué está pasando?

Vamos a conocer un poco más el suelo de Peralta. La roca de yeso no lo es tal al 100%. Tiene “vetas” de roca mezcladas con “vetas” de arcilla. Imaginaos un hojaldre. Pues eso es el suelo que tenemos debajo. Yyyyy ¿Qué pasa cuando ese hojaldre se humedece?, pues que la arcilla se reblandece (la crema) y se forman “huecos” y “cavidades”. Y claro, al quedar hueco, el terreno cede.

Yyyyy ¿Qué pasa en la parte del pueblo que es arcilla?. Pues algo parecido. La arcilla es como la plastilina. Si está seca, aguanta mucho. Pero si se humedece se deforma mucho.

O sea, que el problema que tenemos en Peralta con el suelo es función de la humedad que tiene el terreno. Cuanto más húmedo, más problemas. Y nos estamos encontrando con que en edificios de más de ciento cincuenta años están apareciendo rajas. Raro ¿no? Después de tanto tiempo

Nunca se puede atribuir un hecho a una única causa. Pero es casualidad que desde que se hicieron los bancales en el monte para plantar los pinos, los problemas han aumentado. Parece lógico. Antes de hacer los bancales si llovía fuerte el agua rápidamente iba por la ladera al barranco y luego al río. Pero ahora el agua se retiene y se filtra, aumentado el grado de humedad interna del suelo. Es una teoría mía, que no tiene por qué ser cierta ni única, pero yo creo en ella.

Desde que hicimos los bancales en el monte, los problemas han aumentado.

Cuando se hizo la obra de los bancales hubo personas del pueblo que advirtieron de que esto podía ocurrir. No se les tuvo en cuenta la opinión. Y las consecuencias no es que hayan sido ni catastróficas ni graves, pero los asentamientos en los edificios han aumentado.

Hay cosas que hay que hacer con mucho cuidado y poco a poco. A modo de experimento. Lo que estamos haciendo con el aclareo de los pinos es algo que si no funciona, no va a tener remedio. Un poco de mesura es lo más prudente antes de seguir adelante con la tala

No sea que ocurra como con las cimentaciones.

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