lunes, 7 de abril de 2014

Lo público no es de nadie

Hay frases que me hubiera gustado pronunciarlas a mí para pasar a la posterioridad con mi nombre inscrito en el mármol de los ilustres. La que fue insigne ministra de cultura Carmen Calvo es propietaria de muchas de ellas: “El dinero público no es de nadie”.


Parece mentira todo lo que encierra esta frase. Es perfecta para definir la idiosincrasia de la especie política que el inigualable Alex Saló ha definido como el “Vampirus Ibéricus”, un ser especialista en medrar a través de la estructura política del país y que sus únicos méritos es ir enchufando a personas de su confianza para tener garantizado el respaldo. “El dinero público no es de nadie”

Cojonuda la frasecita. Pero yo voy a ir un poco más allá. El repugnante Vallacuero va a inscribir otra frase dentro del lapidario ibérico “Lo público no es de nadie”. Frase aún más corta y definitiva.

Nuestro pueblo tiene una gran cantidad de comunal. Y en torno a este comunal y a sus corralizas ha habido una historia de luchas, desamores y sangre. Era cuando la vida estaba ligada al medio y la tierra era fundamental. El paso de los años ha cambiado esta rutina y a nosotros. En esta zona de Navarra los campos han pasado a ser muy secundarios dentro de los que es el tejido vital y los montes que son públicos han pasado a no tener dueño. Me explico.

Te das un paseo por el monte y todo son pinares descuidados, sendas y sendicas trazadas por las motos y quads, basura y plásticos por doquier y en general, una falta de criterio total. Si vas con alguna queja, la respuesta siempre es la misma

“Es que no podemos hacer nada, no los podemos pillas a los infractores”

Luego caminas un poco más adelante y llegas a otros campos o montes que tienen dueño. Oye, y como por arte de magia se acaban las rodaduras de moto, las basuras y los escombros.

Es la diferencia que hay cuando es o sientes algo como tuyo y cuando no es de nadie y está gestionado por personas que tienen esta responsabilidad sólo por cuatro años. El que venga detrás que arree, parece ser el lema.

No me canso de decir que el monte no le importa a nadie. Si no fuera así, todo lo que ardió no hubiera ardido. Y de haber ocurrido el incendio, a fecha de ahora, cuatro años después, el panorama no hubiera sido el mismo. En posts anteriores os he enumerado los pingües beneficios crematísticos que nos aporta el monte. Y no se le devuelve nada. Está única y exclusivamente para ser exprimido

Hay una iniciativa curiosa a nivel nacional que está funcionando. Se están recuperando los montes como titularidad privada


Supongo que si se planteara esto en nuestra zona los que nunca han ido y nunca irán al monte pondrían el grito en el cielo clamando por los beneficios de “lo público”. Pero visto el resultado de “lo público”, yo casi preferiría que el monte tuviera dueño. Seguramente estaría mejor tratado. Y a mí ningún agricultor me ha puesto nunca ninguna pega por pasear por sus campos. Que curiosamente están mucho mejor gestionados que el monte comunal.

El monte es de todos. Pero para esquilmarlo y joderlo

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