lunes, 25 de noviembre de 2013

Violencia de género



Hay una pancarta colgada en el balcón del Ayuntamiento de mi pueblo y en el de muchos más pueblos de España “……. contra la violencia de género”

Me parece bien el cartel, pero ponerlo en España es sencillo. Anda y vete y pon uno de esos en Arabia, en Yemen o en cualquier otro país de corte musulmán a ver qué te pasa. Pues eso, que te cae la paliza del pulpo y acábas en alguna sucia ergástula. Y eso de titular el cartel con el nombre del pueblico que lo financia me parece de un aldeano total.

Yo he visto a una niña a la que le iban a practicar la ablación. Y era un país en el que esta bárbara práctica está prohibida, pero simplemente no disponen de efectivos para vigilar y hacer cumplir la ley. Vas a cualquier país musulmán y los hombres son una cuadrilla de gandules que a lo único que se dedican es a hacer el zángano mientras sus mujeres se desloman. Y moler a palos a la mujer es el deporte nacional en según qué naciones de América

En Europa no es que sea fácil estar contra la violencia de género, es que es obligatorio y no hacerlo es delito. Pero otra cosa es cuando cruzas fronteras y ves situaciones como las que yo he visto por el mundo. Y una cosa es lo que dice la constitución del país en el que estas y otra cosa son las “costumbres” del lugar. Por ejemplo, Pakistán o Uzbekistán. Se reconocen los mismos derechos a mujeres que a hombres, pero lo que realmente rige es la sharia, el derecho del Corán. 

La situación real de la mujer en el mundo es la que es amigos. En muchos paises tiene menos derechos que el hombre y en la mayoría no tiene ningún derecho.

Y otra cosa es que en la bendita Europa algún gañán todavía muela a palos a su mujer, que tipejos de estos quedan. Pero por desgracia las diferencias jurídicas entre el primer y tercer mundo son insalvables. Y mientras aquí estamos, colgando la pancartita del balcón de los consistorios para lavarnos la conciencia un poco

El problema de la violencia de género en el primer mudo es grave, pero es puntual, en el resto es general. Una mujer que denuncie a su pareja en España es protegida por el sistema. Si lo hace en según qué países le cae otra ensalada de ostias en el cuartelillo de turno. Y no sólo es África amigos, que hay países de Europa en los que esto aún ocurre. Un conocido mío contempló como a una mujer la tiraban de una silla en un restaurante polaco de un ostión ante la indiferencia de todo el mundo y el silencio de ella.

Estos días le han dado el premio Sajarov a una niña, Malala. Esta cría se dedicó a denunciar la situación que viven las mujeres en Afghanistan y ello la hizo blanco de la furia de los “guardianes de la pureza”. A ella y a tres amigas que volvían del cole en el autobús las cosió a balazos un valiente talibán. Pero la criatura no se ha amedrentado y sigue haciendo campaña por doquier para conseguir un poco de atención acerca de la situación que el sector femenino está viviendo en el Asia musulmana. En Afganistán, en la época más dura de los  talibanes, las mujeres llegaron a morir por el simple hecho de que a los médicos les estaba prohibido atenderlas.

Por cierto, que esta valiente niña fue candidata al Nobel de la Paz. Pero este año se lo han dado al “Comité para la eliminación de las armas químicas”. Hace falta cinismo y cara dura, pero bueno, allá los suecos con sus premios.

Os dejo con un par de enlaces, uno de la consabida wiki con la biografía de Malala y otro al de una organización afgana que se dedica a denunciar las barbaridades que están ocurriendo en ese país


Y que no se nos olvide, que en la culta España hasta los años 30 las mujeres no votaban. Y que en los sesenta en España una mujer no podía abrir una cartilla de ahorros sin consentimiento o paterno o se su marido.
Y no hace tantos años.

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