Capitulo
decimo cuarto "fronteras, parte cinco"
Frontera entre Kazajostan y Uzbekistan, año 2009. Evidentemente, la entrada a la finca de Nursultan Nazarbayev (por que kazajistan es suyo de él) fue por via aerea.
Creo que los trámites aun duraron mas que cuando fui a Israel. Inspeccion profunda del pasaporte (no se para que), fotografias en el propio aeropuerto (para verificar que cuando sales eres el mismo que cuando entras), me pidieron el resguardo de la tarjeta de embarque del vuelo (no se os ocurra NUNCA dejarla en el avión, llevadlas encima hasta la vuelta a España si vais a andurriales), preguntas y mas preguntas, miradas despectivas, moscas y mas moscas y niño llorando. Como siempre.
Sin embargo, cuando llegamos a la frontera terrestre todo cambió. Aquello era un guirigai total. Jaulas con gallinas (y era el año de la gripe aviar) cruzando de un pais a otro a lomos de burros, gente atropellandose y gritando en el paso fronterizo, aduaneros cogiendo dinero a cambio de no mirar dentro de los sacos (y os juro que en alguno lo que se marcaba eran culatas de rifle), pasaportes con dolares asomando por las solapas, empujones y prisas.
Alli ni habia filas ni orden ni concierto. Era un coladero de bandoleros y contrabandistas. Y los aduaneros ni bordes ni amables, simplemente ocupados contando los dolares.
No hizo falta soborno, eramos los bichos raros (fue el primer pais donde no me he cruzado con ningún turista) que salían del pipero de Nursultan Nazarbayev e iban al de Islom Abduganiyevich Karimov (el amo de Uzbequistan).
Frontera entre Kazajostan y Uzbekistan, año 2009. Evidentemente, la entrada a la finca de Nursultan Nazarbayev (por que kazajistan es suyo de él) fue por via aerea.
Creo que los trámites aun duraron mas que cuando fui a Israel. Inspeccion profunda del pasaporte (no se para que), fotografias en el propio aeropuerto (para verificar que cuando sales eres el mismo que cuando entras), me pidieron el resguardo de la tarjeta de embarque del vuelo (no se os ocurra NUNCA dejarla en el avión, llevadlas encima hasta la vuelta a España si vais a andurriales), preguntas y mas preguntas, miradas despectivas, moscas y mas moscas y niño llorando. Como siempre.
Sin embargo, cuando llegamos a la frontera terrestre todo cambió. Aquello era un guirigai total. Jaulas con gallinas (y era el año de la gripe aviar) cruzando de un pais a otro a lomos de burros, gente atropellandose y gritando en el paso fronterizo, aduaneros cogiendo dinero a cambio de no mirar dentro de los sacos (y os juro que en alguno lo que se marcaba eran culatas de rifle), pasaportes con dolares asomando por las solapas, empujones y prisas.
Alli ni habia filas ni orden ni concierto. Era un coladero de bandoleros y contrabandistas. Y los aduaneros ni bordes ni amables, simplemente ocupados contando los dolares.
No hizo falta soborno, eramos los bichos raros (fue el primer pais donde no me he cruzado con ningún turista) que salían del pipero de Nursultan Nazarbayev e iban al de Islom Abduganiyevich Karimov (el amo de Uzbequistan).
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