jueves, 21 de marzo de 2013

Capitulo tetragésimo primero “pero dónde vas a ir mejor que aquí????”



Capitulo tetragésimo primero “pero dónde vas a ir mejor que aquí????”

Bufff, que tengo olvidada a áfrica. Bueno, paso a ser otro habitante mas del primer mundo que se olvida del tercero (por cierto ¿alguien sabe dónde está el segundo mundo?)
Gambia. Un sitio que si áfrica es el culo del mundo, Gambia es el ojete (y Níger la almorrana). Un país gobernado por mano férrea por un déspota que se cree el representante de dios en la tierra (de todos los dioses). Un tipejo que un día a la semana se dedica desde el balcón de su palacio a dar la bendición a la multitud de enfermos de sida que se congrega bajo la ventana. Según él, esto les sanará. Algo ayuda a que se congregue esa multitud el hecho de que tras la perorata reparten arroz.
Un país que se ha convertido en la meca del turismo sexual infantil. Un país donde la homosexualidad está castigada con la muerte, pero si el homosexual tiene posibles (posibles= $ ó euro) se salda con una multa. Evidentemente, en el caso del turismo sexual, el del primer mundo paga la multa y el del tercer mundo acaba en las ergástulas Banjul y desaparece.
Este país se creó como colonia británica (su graciosa majestad) para contrarrestar el peso que estaba tomando francia en esta parte del continente. Un mero interés militar; con lo cual, si en las colonias se invirtió poco, en Gambia nada
Si cogéis algún folleto turístico, os venderán Gambia como “el paraíso del atlántico africano”, “la perla del Caribe africano” “la sonrisa de sus niños”….. pero es una puta mierda de país donde la vida del africano no vale nada y la del europeo si se despista un poco tampoco.
En el viaje a Senegal bajé a Casamance y ello obliga a cruzar Gambia. Si los polis senegaleses con corruptos, comparados con los de Gambia son Elliot Ness. Tras pagar la correspondiente mordida obtuvimos nuestros visados. Eran un mero tránsito. Pero había que cruzar el río Gambia. Un pedazo río que el ebro en crecida parece una meada.
El cruce se hace una barcaza. Una barcaza quinta de mi abuelo, con capacidad para infinitos pasajeros, con infinitas gallinas y cutos e infinitos coches, camiones y autobuses. Es para verlo. No me considero miedica, pero ese cacharro inspiraba todo menos confianza. Y yo con el testamento sin hacer.
Cargaron el bus y mis compañeros de viaje se quedaron en la cubierta inferior. Yo, llevado por mi afán de supervivencia me quité las botas (pesan mucho caso de naufragio) y busqué el sitio más seguro. El puente de mando. Un negro zaíno al timón y otro par de ayudantes. Le dije, y no mentí, que pertenecía a un club náutico en mi pueblo y que deseaba estar en el puente. Muy amables me flanquearon el paso e iniciamos la charla.
Era impresionante ver gobernar ese trasto. Tenía dos hélices, de las cuales sólo funcionaba una. Evidentemente, el barco escoraba. Y el piloto, cuando veía que se desviaba mucho, paraba la hélice que andaba y se dejaba arrastrar por la corriente corrigiendo con el timón. Con esto conseguía enderezar el rumbo y a base de hacer eses, mantener una línea recta por el centro de las eses. Y el cabrón de él, consiguió atracar en la otra orilla al milímetro.
Me dijo que aspiraba a venir a europa y ganar muuucho dinero. Le pregunté si con el oficio de piloto le daba para vivir. Me dijo que sí, que vivía decentemente. Le conté como estaban sus compatriotas (los que no se habían ahogado), viviendo en España. Puso cara de sorprendido y creo que me creyó. Y también me contó que a ellos les habían dicho que en Europa todo era sencillo y la vida regalada.
A los dos años leí en prensa la iniciativa de una mujer (creo que inglesa), que estaba recorriendo africa con una pantalla y un video, y mostrando a los nativos como vivian los que habían llegado a Europa. Esta mujer llevaba escolta por que estaba amenazada de muerte por las mafias que trafican con inmigrantes.
Esta pobre gente, son pobres y encima viven en el engaño

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