Capitulo
trigésimo noveno “visio y corrusion”
Día de transición en un viaje, o sea, que toca madrugar, hacer un montón de kilómetros de coche y llegar tarde a destino. Procuras armarte de paciencia y tomarte las cosas con tranquilidad, y más si el tiempo no acompaña por que llueve y vas en caravana.
Pues ese era el panorama por una de las carreteras nacionales de la república checa. Una laaaaarga caravana de vehículos trabant made in Chequia y de vez en cuando, muy de vez en cuando, un auto europeo.
Allí estábamos los cuatro jinetes del apocalipsis (yo conducía), pacientemente metidos en una fila de autos. Una tranquila conversación sin trascendencia. Sin prisa. Nos adelanta uno jugándose el tipo, me obliga a frenar y sale la consabida retahíla de pecaos en español y arameo, todo el santoral y toda la familia política del hábil conductor a relucir.
Pero en esto, se ilumina la luneta trasera del espabilao y aparece el cartel de “stop polizei”. Bueno. No habíamos hecho nada (creíamos). Paro un poco mas adelante tras el vehículo policial y se bajan dos polis tamaño armario. Me dicen que baje (por gorilescos gestos) y que los acompañe. Los sigo y me meten en la parte trasera de su coche. Un poli de piloto y el otro a mi lado.
Saca una libreta. Dibuja una señal. La señal era de sesenta. Señala mi coche y escribe un ochenta. Y escribe otra cifra, cien, y seguido el internacional signo del dólar. Y extiende la mano derecha con la palma hacia arriba. Saco cien pavos, se los doy, sonríe (por primera vez, una sonrisa encantadora, tipo depredador o algo así), me señala la calle y me apeo.
Vuelvo al coche con la sensación de que había sufrido una violación y con el ánimo por los suelos.
“¿Qué te han dicho?”
“sesenta, ochenta, cien”
Y el listo, que siempre los hay
“Pues te tenias que haber negado a pagar, o por lo menos, haberle pedido el papel de la multa. No te tenias que haber dejado. Además haber argumentado que íbamos en caravana a la velocidad del vehiculo precedente y además……”
“Mecagü……os, que el que estaba en el coche con los gorilas era yo…. Cacho cabr…. Vosotros aquí os habéis quedado apalancados…. Y encima vienes a tocarme los coj….. me dan ganas de bajarte y dejarte aquí, que para eso el coche es mío, hijope… mas que hijope…”
“Vale vale tío, no te pongas así”
“Quesqueresuntocagüevos. Estaba el horno como para bollos con ese par de animales”
Pues eso amigüitos, fuera de la europa de toda la vida, japon, eeuu y Australia, lo que impera es la mordida, el visio y la corrupción.
Día de transición en un viaje, o sea, que toca madrugar, hacer un montón de kilómetros de coche y llegar tarde a destino. Procuras armarte de paciencia y tomarte las cosas con tranquilidad, y más si el tiempo no acompaña por que llueve y vas en caravana.
Pues ese era el panorama por una de las carreteras nacionales de la república checa. Una laaaaarga caravana de vehículos trabant made in Chequia y de vez en cuando, muy de vez en cuando, un auto europeo.
Allí estábamos los cuatro jinetes del apocalipsis (yo conducía), pacientemente metidos en una fila de autos. Una tranquila conversación sin trascendencia. Sin prisa. Nos adelanta uno jugándose el tipo, me obliga a frenar y sale la consabida retahíla de pecaos en español y arameo, todo el santoral y toda la familia política del hábil conductor a relucir.
Pero en esto, se ilumina la luneta trasera del espabilao y aparece el cartel de “stop polizei”. Bueno. No habíamos hecho nada (creíamos). Paro un poco mas adelante tras el vehículo policial y se bajan dos polis tamaño armario. Me dicen que baje (por gorilescos gestos) y que los acompañe. Los sigo y me meten en la parte trasera de su coche. Un poli de piloto y el otro a mi lado.
Saca una libreta. Dibuja una señal. La señal era de sesenta. Señala mi coche y escribe un ochenta. Y escribe otra cifra, cien, y seguido el internacional signo del dólar. Y extiende la mano derecha con la palma hacia arriba. Saco cien pavos, se los doy, sonríe (por primera vez, una sonrisa encantadora, tipo depredador o algo así), me señala la calle y me apeo.
Vuelvo al coche con la sensación de que había sufrido una violación y con el ánimo por los suelos.
“¿Qué te han dicho?”
“sesenta, ochenta, cien”
Y el listo, que siempre los hay
“Pues te tenias que haber negado a pagar, o por lo menos, haberle pedido el papel de la multa. No te tenias que haber dejado. Además haber argumentado que íbamos en caravana a la velocidad del vehiculo precedente y además……”
“Mecagü……os, que el que estaba en el coche con los gorilas era yo…. Cacho cabr…. Vosotros aquí os habéis quedado apalancados…. Y encima vienes a tocarme los coj….. me dan ganas de bajarte y dejarte aquí, que para eso el coche es mío, hijope… mas que hijope…”
“Vale vale tío, no te pongas así”
“Quesqueresuntocagüevos. Estaba el horno como para bollos con ese par de animales”
Pues eso amigüitos, fuera de la europa de toda la vida, japon, eeuu y Australia, lo que impera es la mordida, el visio y la corrupción.
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